La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]

Capítulo 26: Disculpas inesperadas.

Furiosa y cansada la rubia entró al despacho del director, el cual para su sorpresa estaba abierta como si la estuviera esperando. Y de hecho así. Por lo que sin dudarlo dos veces entró para luego sentarse delante del escritorio del director.

— ¿De quién fue la genial idea del perro de tres cabezas? —preguntó hastiada apoyando sus manos en el escritorio—. O una mejor pregunta, ¿Cómo rayos entraste esa cosa al castillo?

— Es la mascota de Hagrid— respondió el peliblanco sin sorprender mucho a la bruja.

— Claro que se puede esperar de alguien que tenía una acromántula de mascota cuando chico...—comentó con suma tranquilidad mientras Albus le miraba con curiosidad al saber aquel hecho. Y solo en aquel momento se dio cuenta de lo que había dicho por lo que maldijo por dentro.

— ¿Cómo sabes eso? —se aventuró a preguntarle haciéndola reír.

— Mis padres estudiaban aquí cuando lo expulsaron por ello— respondió vagamente mientras se encogía de hombros, sin él confiar por completo en sus palabras—. ¿Qué?, no estoy aquí para hablar de la infancia de mis padres que usted debe conocer mejor que yo...

— Eso... que es... curioso— respondió mirándola con miles de preguntas en su cabeza que sabía que ella no respondería, porque no era como su madre. Aunque no le gustara admitirlo se parecía más a Tom de lo que gustaría. Y aquello implicaba que solo decía lo que le convenía decir.

— ¿Qué es curioso? —preguntó con burla sabiendo que su abuelo quería hacerle una y mil preguntas—. Lo único que es curioso es saber quién soltó ese troll...

— Ambos sabemos esa respuesta... sin embargo...hay algunas cosas de las que no tengo conocimiento que serían útiles en estos momentos...—inquirió sin ella entender a qué se refería.

— ¿De qué estás hablando? —preguntó fingiendo inocencia sabiendo perfectamente a que se refería, ya que había hablado de más cuando mencionó a Hagrid.

— ¿Charlene te devolvió toda tu memoria no? —preguntó sin anestesia intentando no enojarse con su nieta al ocultarle aquel valioso hecho—. ¿Por qué no me lo dijiste?

— No tengo que rendirte cuentas— respondió un poco esquiva con respecto a su conocimiento sobre su padre—. Además, creo que viste todo lo que necesitabas cuando la borraste...

— Superficialmente, con solo diez años eras una muy buena oclumante, hay cosas que supuse que eran importantes que no dejaste que viera, y es por lo mismo que te pregunto ahora...—le reclamó enfureciéndose por la actitud de la bruja, ya que él solo quería ayudar, pero ella siempre mantenía esa coraza a su alrededor. Igual que Riddle cuando era estudiante. Sin dejar que nadie más que Charlie se le acercara lo suficiente como para conocerlo...

— No hay nada importante en mis recuerdos que puedan ayudarnos ahora— explicó levantándose de la silla—. Mi madre es quien sabía todo sobre él, cosas que ni a mí me dijo, por lo que sino pudiste sacárselo en vida no intentes hacerlo conmigo...—añadió con suma desconfianza recordando la vida que tuvo su madre después de que se unió a la guerra a petición del director—. Por cierto, nadie entró por la trampilla debajo del perro, e hirió a Severus en la pierna...

— Riley— le ordenó más que llamarla. Haciendo que la rubia lo viera con seriedad ya que pocas veces veía al director así de furioso—. Siéntate— soltó antes de ella rodar los ojos y hacerlo—. Solo quiero ayudarte...

— ¿Cómo a mi madre?, porque recuerdo perfectamente como dedicó su vida a servirte en contra de mi padre— mencionó intentando no alterarse, ya que aquella era la única razón por la cual no terminaba de confiar en él. El solo recordar todas aquellas noches en que se preguntaba si su madre seguía con vida desde el momento en que dejó de enseñar en Hogwarts y se unió a la orden del fénix. Como aquella carga no se aminoró cuando tuvo edad para entrar a la orden.