La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]

Capítulo 106: El precio de un error.

POR ORDEN DEL MINISTERIO DE MAGIA

Dolores Jane Umbridge (Suma Inquisidora) sustituye a Albus Dumbledore como director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Esta orden se ajusta al Decreto de Enseñanza n.°28.

Firmado:

Cornelius Oswald Fudge

Ministro de Magia

Los carteles habían aparecido en el colegio durante la noche, pero eso no explicaba cómo era posible que todo el mundo, sin exceptuar a nadie en el castillo, supiera que Dumbledore había burlado a dos aurores, a la Suma Inquisidora, al ministro de Magia y a su asistente júnior, y había escapado. En todo el castillo el único tema de conversación era la huida de Dumbledore, y pese a que algunos de los detalles se habían modificado al volverlos a contar, cómo una alumna de segundo le aseguraba a otra que Fudge estaba ingresado en el Hospital San Mungo con una calabaza por cabeza, resultaba sorprendente lo preciso que era el resto de la información que tenían. Todos sabían, por ejemplo, que Orión, Harry y Marietta habían sido los únicos estudiantes que habían presenciado la escena en el despacho de Dumbledore, pero como Marietta estaba en la enfermería, Orión y Harry se vieron asediado por sus compañeros, que le pedían un relato de primera mano.

Y dado que Orión no accedió a dar información alguna, acudían a su hermano adoptivo. Pese a las irregularidades que ahora habían en el colegio, las cosas habían cambiado mucho para él, excepto que no sabía en donde le daría las clases de oclumancia a Potter. Lo cual era lo único que lo perturbaba aquella mañana. Aunque esto pasó a un segundo plano cuando se dio cuenta que varios de sus compañeros de Slytherin estaban acosando y quitando puntos como si nada, por lo que no pudo evitar levantarse de su mesa para enfrentarlos.

—Orión, no— le pidió Granger sosteniendo su mano antes de él sonreírle.

— Son solo unos niños Hermy, no voy a quedarme de brazos cruzados— le aseguró antes de soltarse de su agarre y caminar hacia el fondo del comedor en donde Draco y compañía les quitaba unos puntos a unos leones de tercero—. Es suficiente— les dijo cruzado de brazos antes de Zabini, Draco y Nott dejar al chico y ponerle atención a Black.

— ¿Qué tenemos aquí? al hijo pródigo —soltó Zabini con claro sarcasmo—. A ver, ¿Por qué te quitaremos puntos ahora ti?

— ¿Por idiota? —mencionó una voz detrás de Orión la cual conocía bien.

— Primero tendrían que quitarte todos a ti por cara de buldog...

— No sean idiotas, quitárselos a él será como quitárnoslos a nosotros— le defendió Draco intentando ser cruel al mismo tiempo.

— Es cierto— coincidió Blaize—. Mejor vamos con sus amigos, San Potter, el pobretón de Weasley y la sangre sucia— no hizo falta una palabra más para que el rubio alzara su varita y le apuntara con ella—. ¿Vas a atacarme? —preguntó antes de caer expulsado hacia atrás por un maleficio que le hizo crecer orejas y dientes de liebre.

— ¡Black. A mi despacho. ahora! —gritó Umbridge al caminar hacia él, aprovechando que Riley se había marchado del comedor hace unos minutos a organizar sus clases de aquel día.

— Será un placer— le dijo con sumo desprecio y sonrisa fingida para luego ambos salir del comedor y subir de inmediato al despacho de la profesora de defensas contra artes oscuras. Ya que el despacho del director Dumbledore no había permitido que ella entrara, haciéndola quedarse con el suyo.

— Siéntate querido— le dijo la sapa rosa con demasiada confianza, que le extrañó al rubio por lo que le hizo caso, pero sin dejar de estar alerta, aunque no lo demostró—. ¿Quieres algo de tomar?