La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]

Capítulo 7: Encuentros fortuitos.

Riley no se levantó de su cama en el resto del día. Sollozaba y pedía perdón entre gritos con desesperación como si eso los fuera a devolver. ¿De qué valía tanto poder si no pudo proteger a los que amaba?, se preguntaba con desesperación...

No había sido lo suficientemente fuerte para proteger a Misa, ni había sido bastante rápida para salvar a su madre. Ni tampoco tuvo la fuerza para quedarse y proteger a sus amigos con todo su ser. Por lo que no podía evitar sentirse inútil en aquel momento, inútil e impotente por no poder hacer nada...

Aquellos pensamientos eran lo que corrían por su cabeza mientras se auto-consolaba en su cama llorando, hasta que el sol ocultó. Solo entonces se levantó de la cama hecha un asco para luego tomar su lechuza Grayson y mandarle una carta a los Weasley para que se quedaran con Orión esa noche. No podía dejar que su pequeño la viera así.

Orión la conocía bastante bien para saber que algo había ido mal, pero aun así mandó la carta. Ya al día siguiente hablaría con él, como siempre hacía, explicándole y diciéndole siempre la verdad. Por aquel niño era el único en quien se permitía confiar, no tanto por ella. Sino porque creía que su hijo merecía saber siempre la verdad sobre ella...

El niño supo desde que tuvo consciencia que era la magia, sobre la familia de su madre, incluso sobre su abuelo Lord Voldemort. Aquel rubio era quien más información tenía sobre Riley Black, porque era lo mínimo que ella creía que merecía...

Al terminar de enviar la carta la joven bruja fue a tomar una ducha para quitarse aquel horrible olor de Azkaban de encima. Ya se había permitido llorar lo suficiente ese día, se había desahogado, y ahora lo que necesitaba era despejarse un poco, antes de regresar a su vida. Antes de hablar con Orión y tener que decirle lo que ocurrió en aquella prisión.... Además, hacía años que no tenía una noche alejada de su hijo.

No se quejaba, adoraba a su hijo. Pero hace mucho que se había olvidado un poco de ella. Por lo que aprovechando aquella única noche libre, antes de que su hijo entrara a Hogwarts, salió de la ducha y buscó algo de ropa para salir esa noche.... Solo saldría a dar un paseo, tomar unos tragos para despejar su mente, y luego volvería...

Por lo que, sin perder tiempo, terminó por colocarse un vestido negro corto, que no usaba desde hace mucho tiempo, arregló su pelo dejándolo con ondas, se colocó un poco de maquillaje sencillo, solo un poco de labial, para luego colocarse su túnica encima y salir de aquella casa...

No fue difícil para ella encontrar un bar mágico, uno al que en sus años de juventud visitaba con sus amigos cuando no estaban haciendo misiones. Allí celebraron su cumpleaños número 20, y allí Sirius le propuso matrimonio luego de un par de copas. Era un lugar que le traía buenos recuerdo de sus amigos, lo que compensaba un poco el que no estuvieran allí.

— Whiskey de fuego— le dijo al mesero cuando se acercó a la mesa en donde estaba sentada, para luego este asentir y marcharse a buscar su orden—. ¿Tiene algo de comer? —preguntó antes de que se alejara lo suficiente al recordar que no había comido nada, y beber en ese estado la llevaría a un crudo estado de ebriedad.

— No somos restaurante— comentó el chico haciéndola mirarlo molesta—. Pero a unos puestos de aquí venden pizza...—mencionó algo asustado para luego la rubia sonreírle, y entrar su mano en su túnica y sacar un par de galeones.

— Te daré una buena propina si me haces que me traigan una— le dijo sonriéndole de lado para luego lanzarle el par de monedas y el mesero asentir satisfecho. Después de todo no siempre llegaban clientes regalando el dinero así de fácil.

Un par de horas después en la mesa de la bruja, descansaba una caja casi vacía de pizza, y media botella de Whiskey de fuego. Mientras en una de sus manos había un trozo de la pizza, y en la otra un vaso de su bebida.... Aquello hacía olvidar un poco sus problemas. Concentrándose solo en su comida, y ver cómo los magos y brujas entraban y salían de aquel lugar.