Capítulo 13: Promételo.

3.7K 315 64
                                    


Apareció justo en la chimenea de la sala de aquella mansión. Al hacerlo salió de ella para luego caminar con cuidado por esta antes de escuchar un "puf" y un elfo domestico aparecer delante de ella.

— No debería estar aquí— comentó el elfo como si fuera una intrusa—. El amo se enfadará porque dejé entrar una desconocida...—soltó antes de darse una bofetada a sí mismo.

— No te golpees— le ordenó Riley con prisa—. Dile a tu amo que Riley llegó—dijo un poco aliviada al él dejar de golpearse y poco después desaparecer dejando a la bruja un poco nerviosa. Porque ahora era un hecho que ella estaba allí, y él la estaba esperando para hablar.

Gracias a este nerviosismo no pudo evitar comenzar a caminar de un lado a otro escuchando con atención por si escuchaba los pasos del rubio acercarse. Pero no escuchó nada por varios minutos que se le hicieron eternos, en los cuales se estaba cuestionando si lo correcto era haber ido allí, y si no hubiera sido más sencillo salir huyendo por unos meses del país.

Y de hecho lo era, pero no lo mejor. Era una Gryffindor y debía comenzar a recordarlo.... Aunque volvió a olvidarlo cuando escuchó pasos de alguien acercarse para luego lograr verlo.

Se veía casi igual que las dos veces anteriores en las que lo había visto. Con su túnica negra abotonado hasta casi arriba, una camisa negra debajo, su cabello lacio al igual que el del su hijo cuando lo peinaba. Pero a diferencia de veces anteriores esta vez la miraba con tal dedicación que la hacía sentir más nerviosa de lo que ya estaba. Era como si lo hiciera por primera vez, como si estuviera observando cada detalle de su persona, para luego sonreír y caminar hacia ella.

— ¿Podrías dejar de verme de esa manera? —preguntó la rubia un poco nerviosa haciéndolo reír para luego negar con la cabeza hasta estar al frente de ella, y sin esta esperárselo la abrazó de repente.

— Realmente eres tú— le dijo sin soltarla como si se pudiera desaparecer en cualquier momento.

— ¿Podrías soltarme? —soltó sin corresponderle el abrazo—. Por supuesto que soy yo, te dije que vendría para que dejes de acosarme...

— No te acoso Riley— le dijo pronunciando su nombre con tal delicadeza como si fuera el verso de una poesía al no llamarla por tanto tiempo por su nombre, mientras apartaba los brazos de su cuerpo y retrocedía solo un paso al tener miedo de que se fuera de nuevo y esta vez para siempre—. Te marchaste por una década, y regresas y...

— Y me meto a tu cama, lo sé— terminó de decir por ella, pero él negó.

— Ni siquiera vienes a decir hola— le corrigió sin ella esperarlo—. Después de todo lo que pasamos juntos...

—Todo eso dejó de importar en el momento en el que te casaste. En ese momento dejé darte explicaciones— se defendió retrocediendo mientras negaba con rabia por tal reclamo.

—Tú también te casaste...—recalcó lo obvio.

— Meses después que tú— le interrumpió sin dejarse intimidar, porque si pensaba reclamarle aquello estaba realmente equivocado—. Y hasta donde yo recuerdo, un matrimonio mágico es hasta la muerte, así que porque no podía yo rehacer mi vida también...—añadió encogiéndose de hombros.

— Sabes perfectamente porque me casé con Narcissa, lo sabes...—soltó con rabia y frustración.

— Eso no quita que dejara de doler— dijo intentando no derrumbarse ante él—. Porque cariño, eso dolió más que todos los crucios que me han mandado...— añadió cambiando la expresión de Lucius por completo, de una de furia a una de remordimiento—. ¿Así que porque qué demonios pensabas que iba a venir a saludarte cuando volví?, dímelo, porque en serio es por lo único que he vuelto...

La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora