Capítulo 64: El sueño de Harry.

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Un par de días antes de los mundiales de Quidditch las visitas a la mansión Malfoy se acabaron con la llegada de Draco, al no ser prudente que los chicos pelearan. Aunque de todas formas los Weasley no pretendían jugar con el rubio allí dado lo pésimo que se llevaban.... Sin embargo, esto no redujo las visitas de Lucius a la casa de Riley, todo lo contrario, aumentaron dado las discusiones que siempre tenía con Narcissa cuando ella visitaba la mansión, lo cual se hacía más a menudo cuando él estaba también allí...aunque nunca se lo mencionó a Riley para que no se sintiera culpable por ello...

Habían sido las vacaciones más tranquilas de los cinco años que Riley tenía en Londres, por lo que tal vez eran las mejores, haciendo que sus defensas con respeto a su venganza se bajaran por completo. Aunque la madrugada del veintiuno de agosto le hicieron saber que estaba equivocada al hacerlo. Se despertó en medio de la noche una extraña sensación que la hizo salir de la cama para tomar un poco de agua antes de volver a su habitación.

Pero sus planes fueron truncados cuando pasó por la habitación de Harry y lo escuchó tener una pesadilla como si estuviera peleando con algo por lo que no pudo evitar abrir la puerta para ver si estaba bien. Al hacerlo se encontró con el pelinegro retorciéndose en silencio, lo que provocó que la rubia corriera a despertarlo.

— Harry, Harry— le llamó en voz baja meneándolo para que despertará hasta que un par de minutos después el chico abrió los ojos asustado—. Tranquilo, ya pasó...—dijo abrazándolo para consolarlo—. Solo fue un sueño...

— No estoy tan seguro— dijo el niño soltándose de su agarre antes de sostenerse la cicatriz algo que ella no dejó desapercibido.

— ¿Te duele? —preguntó extrañada ya que él nunca se había quejado delante de ella.

— Me sucede a veces, cuando Voldemort está cerca— respondió alertándola por completo.

— No es posible, mi padre...

— Lo sé, creo que fue efecto del sueño que tuve...— le interrumpió para no alarmarla.

— ¿Qué viste? —preguntó con prisa poniendo sus alertas al máximo, porque sabía que aquello no era coincidencia, algo debía estar ocurriendo.

— Lo vi, bueno más bien lo escuché, no alcancé a verlo...— respondió pensativo al intentar recordar—. Pero no recuerdo bien...

— Puedo verlo si me lo permites...— le pidió Riley con suma curiosidad haciendo que el chico le mirara extrañada—. Con legremancia, puedo ver tu mente...

— ¿Puede leer la mente? —preguntó sorprendido por no haber escuchado de aquello.

— La mente no es un libro para ser leída, puedo ver tus recuerdos, por lo que puedo ver tu sueño por mí misma, aunque no lo recuerdes...— explicó con brevedad antes de él asentir—. No te preocupes, no te dolerá...— soltó antes de poner su mano en su rostro—. Legeremens—pronunció antes de entrar a la mente del chico.

Lo primero que vio fue una casa en el pequeño Hangleton que no tardó en reconocer haciéndola salir de golpe de la mente de Potter, llevándose la mano libre a la boca sabiendo que era lo que iba a ver por lo negó con rabia. Porque sabía que el momento que tanto ansiaba y a la vez temía estaba cerca...

— ¿Reconoció el lugar? —preguntó Harry notándola la expresión de Riley.

— Era mi casa— respondió en medio de un susurro—. Pasé casi diez años allí, era la casa de mi padre...—añadió sorprendiendo al chico—. Legeremens— pronunció de nuevo para continuar indagando.

No lucía como recordaba, majestuosa e inmensa como ninguna otra, sino que estaba desgastada, vieja, e incluso tenía cegadas con tablas algunas ventanas, al tejado le faltaban tejas y la hiedra se extendía a sus anchas por la fachada. Como si fuera una película, se adentró con rapidez en la casa hasta llegar de golpe a una habitación, la única al parecer que estaba iluminada.

La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora