La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]

Capítulo 11: La verdad sobre Orión Black.

"No comenzaré siendo cortes, pero realmente ahora solo estoy sumamente enojado contigo.... Es increíble cómo no me di cuenta de eras tú, si todo en ti me recordaba a ti..."

Comenzaba diciéndola carta mientras Riley se sentaba en su cama riendo a leer aquello.

".... Aunque aún me pregunto porque no me dijiste quien eras. ¿Cómo pudiste meterte en mi cama sin afectarte que no supiera que eras tú?

Ambos sabemos que necesitamos hablar. Pasaron muchas cosas que no resolvimos, y han pasado muchas más ahora que volviste. Por alguna maldita razón no puedo encontrarte en ninguna parte. Intenté ir a la vieja tienda de mamá, pero allí no quisieron darme información sobre ti.

Ni siquiera Dumbledore quiso decirme algo. ¿Por qué me evitas?, ¿sigues odiándome como me dijiste la última vez que nos vimos? Me debes al menos una explicación...

Por favor responde.

Lucius Malfoy"

Riley leyó y releyó aquella carta intentando encontrar el coraje para dejar de hacerlo. Sabía perfectamente que debía hablar con él, claro que lo sabía, pero leerlo de su puño y letra, leer como parecía desesperado por saber de ella. Aquello solo hizo más real, por lo que se preguntaba cuanto tiempo pasaría antes de que dejara de luchar de nuevo, para dejarse llevar por lo que realmente quería.

Pero rápidamente negó ante ello. No podía hacer eso. Él era un hombre casado, un ex-mortífago, pero sobre todo ella no podía hacerle eso a su hijo. No después de todo lo que ambos habían pasado.

—Incendia— pronunció sin soltar la carta hasta que esta estuvo hecha cenizas en su piso. Al igual que había vuelto a enterrar sus sentimientos de nuevo—. No puedo...—solo dijo antes de lanzarse a su cama y cerrar sus ojos un momento.

Solo volvió a abrirlos cuando escuchó alguien tocar la puerta, por lo que sin pensarlo mucho le levantó de la cama antes de ver por una de las ventanas de su habitación que ya era de noche. Haciéndola maldecir para sus adentros mientras corría a la puerta, encontrándose con su abuelo mirándola.

— ¿La cena ya empezó?, estaré lista en un minuto— le dijo con rapidez la rubia mientras corría a la habitación a cambiarse de túnica, y arreglarse el pelo, mientras el director se limitaba a mirarla desde la puerta—. Me quedé dormida...

— Aun los chicos no llegan, pero están por llegar...— dijo Dumbledore haciéndola suspirar algo más tranquila—. ¿Hablaste con Severus? —preguntó con curiosidad mientras entraba a la habitación.

— Sí, aún me odia— respondió sin abundar mucho mientras terminaba de arreglar su cabello, dejándolo liso al peinarlo para luego mirarse en el espejo de su tocador y sonreír a su reflejo—. Estoy lista— le dijo antes de caminar hacia la puerta y ambos salir de su habitación.

—Solo te odia un poco...—comentó Albus continuando su conversación mientras caminaban hacia las escaleras—. Vi que recibiste su carta...—soltó de repente cambiando de tema.

— No sé de lo que hablas...—dijo ella haciéndose la inocente.

— Las cenizas delante de tu cama dicen otra cosa— le contradijo haciéndola maldecir para sus adentros, cosa que comenzaba a hacerle costumbre—. Intentó que yo mismo te la diera al no querer decirle donde estabas...

— Por eso insistías en que debía hablar con él— comentó ella molesta sin mirarlo—. Gracias por no decirle donde vivía...—soltó sin darle importancia.

— ¿Cuánto tiempo seguirás evitándolo? —preguntó el barbón con curiosidad mientras ella solo se encogía de hombros.

— Tal vez... solo...lo que me quede de vida— respondió terminando de bajar las escaleras para luego ir directo al comedor.