Capítulo 94: Encuentros en el callejón Diagon.

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Contrario a la Riley de antes no se dejó afectar por aquel encuentro, y entró aun molesta con Fugde al número doce del Grimmauld Place. Al saber que Sirius debía estar en la sala con su hija se dirigió hacia allá encontrándose que su esposo no estaba solo, sino que también estaban Remus, Molly y los chicos, todos hablando hasta que la divisaron en el marco de la puerta.

— ¿Qué tal tu reunión cariño? —preguntó la señora Weasley preocupada por la expresión de la rubia, antes de ella caminar hacia donde estaba sentado Sirius y sentarse en sus piernas, acomodando su cabeza en su pecho mientras él comenzó a acariciar su cabello.

— Es un terco, un idiota y un terco— solo respondió con rabia—. Sigue sin creer que Voldemort ha vuelto, peor cree que Harry y mi abuelo mienten o están locos...—añadió con cierta ironía para luego suspirar—. Así que estamos solos en esto...

— Era de esperarse— mencionó Remus sin sorprenderse—. Se lo informaré a Dumbledore...

— Y dile que estaba hablando con Malfoy, al parecer sigue creyendo en mortífagos a pesar de que Harry...—comentó sin darle importancia antes de Sirius alterarse.

— ¿Te hizo algo o dijo algo? —preguntó con rabia antes de ella negar.

— No, solo salía antes que yo entrara a la oficina del ministro— mintió con rapidez para no preocuparlo haciendo que este se limitara a asentir no muy convencido para luego Riley contar con detalles lo que le dijo Fugde.

Un par de horas después se le unieron Tonks y Kingsley, por lo que la señora Weasley hizo que los chicos se fueran dejándole a Tari a su madre para poder hablar cosas de la orden que ellos no tenían permitido escuchar. Pocas eran importantes, como sobre las guardias al departamento de misterio, e increíblemente para todos Dumbledore llegó poco antes de la hora del almuerzo, por lo que convirtieron aquella charla en una verdadera reunión, al llegar también varios miembros de la orden poco después que el director de Hogwarts.

Al terminar algunos se quedaron a almorzar, entre ellos por supuesto no estaba Albus, el cual en cuanto acabó la reunión salió de cuartel general. Un par de horas después de comer, la casa volvió a estar vacía, Antheres estaba dormida, por lo que el matrimonio Black fue a llevarla a su habitación para luego ir a la suya.

— Habla— le dijo Riley al cerrar la puerta—. Has estado desde que mencioné a Malfoy con una cara que ni tú te aguantas...

— ¿Hablaste con él? —preguntó claramente celoso haciéndola reír.

— ¿Estás haciéndome una escena de celos?

— Estoy preocupado por ti— le respondió haciéndola suspirar antes de asentir—. Maldición lo sabía...— exclamó con rabia—. ¿Por qué mentiste? —preguntó con algo de desconfianza.

— No era nada relevante amor...—respondió con algo de diversión por su escena de celos—. Ven aquí...—le dijo mordiéndose el labio inferior, pero este le ignoró—. Mi vida, ven...

— No estoy de humor— soltó con rabia haciéndola reír antes de ella caminar hacia él y acariciar su mejilla.

— ¿Sabes usar legremancia? —le preguntó la rubia con curiosidad sin soltarlo.

— Eso es magia negra...—respondió dando la respuesta más clara.

— ¡Legeremens! — exclamó para poder entrar a su mente y mostrarle todo lo que había pasado en el ministerio sin omitir nada para luego salir y sonreírle—. Vez, nada relevante...—mencionó haciéndolo reír.

— Claro que lo había, ese crucio estuvo bien merecido, no puede tocar a mi mujer y salir impune— le dijo tomándola por la cintura antes de besarla—. Así que es cierto que no sientes nada...

La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora