En cuanto Sirius desapareció dejándolo solo en medio de un callejón muggle, Orión no tardó en caminar hacia donde creía que vivía Hermione, según la había dicho por teléfono. Solo esperaba que estuviera en casa, sino estaría en problemas estando solo en medio de un lugar que no conoce y sin tener idea de cómo regresar. Luego de pasar un par de cuadras vio la no tan humilde casa.
No era tan grande como la de su madre, ni qué decir de la de su padre, pero tampoco era pequeña. A simple vista podía distinguir tres pisos, un gran jardín delantero.... Sin dejar de ver cada detalle de esta caminó a través del jardín hacia la puerta para luego tocar el timbre y entrar las manos en los bolsillos un poco ansioso.
Pocos minutos después abrieron la puerta, una mujer unos años mayor que su madre de pelo negro y corto que no pudo evitar observarlo extrañada al no conocerlo.
— Buenos días, ¿Es la casa de Hermione Granger? —preguntó esperando no haberse confundido de lugar.
— Buenos días, sí es mi hija— el chico exhaló de alivio en cuanto dijo esto—. ¿Quién la busca? —preguntó aun extrañada por el chico.
— Soy amigo de su hija, vamos al mismo colegio...—respondió haciéndole entender a la señora Granger que no era algún vecino sino un mago, para poco después reconocerlo.
— Oh por supuesto, es el hijo de la amable señora que nos ayudó en Gringotts— mencionó al recordarlo.
— Sí, Orión Black a sus servicios— se presentó haciendo sonreír a la mujer al saber perfectamente con quien estaba hablando.
— Así que tú eres Orión, vamos pasa, Hermione salió un momento, pero no debe tardar en llegar...—le dijo la señora con suma amabilidad algo que no esperaba el rubio, por lo que creyó que había hablado muy bien de él para que le trataran así—. Normalmente sus amigos del colegio no vienen a visitarla...
— ¿En serio? —preguntó incrédulamente imaginando lo aburrida que debía estar la castaña sin alguno de sus amigos—. No importa, vendré más a menudo sino es inconveniente señora Granger...
— Por supuesto que no, y llámame Jean— le respondió mientras lo dirigía a la sala—. Robert— llamó a su esposo que veía televisión haciendo que girara a verla, pero en su lugar se encontró con la mirada del rubio—. Es Orión, un amigo del colegio de la niña que vino a visitarlo...
— ¿Amigo? —preguntó mirándolo de arriba abajo—. ¿Seguro que no es una patraña y no sale con mi hija? —le acusó poniéndolo un poco nervioso por tal actitud sobreprotectora pero aun así no tenía nada que temer por lo que sonrió y negó.
— Solo somos amigo señora Granger, se lo puedo asegurar— respondió con prisa antes de él asentir no muy convencido, después de todo no todos los días un mago iba a su casa a visitar a su hija sin previo aviso—. Siento no haber avisado que venía, espero no molestar señor— añadió con prisa y cortesía.
— ¿Quieres algo de tomar o comer? —le ofreció la señora Granger antes de desaparecer de la sala sin esperar su respuesta, por lo que el rubio se mantuvo de pie algo fuera de lugar.
— Ven aquí— le ordenó el señor Granger antes de Black asentir y sentarse al lado del castaño, ya veía de donde había sacado sus genes—. Supongo que eres un mago... de hecho, creo que te recuerdo en Gringotts...
— Mi mamá fue quien le ayudó con el dinero...— le recordó con seriedad antes del castaño asentir—. Hermione me dijo que eran dentistas, ¿no? —preguntó intentando hacer conversación.
— ¿Sabe lo que es? —preguntó sabiendo gracias a su hija, que los magos no sabían mucho del mundo muggle.
— Por supuesto, arreglan los dientes y cosas de la boca...—respondió intentando no mostrar asco ante ello—. Me crie parte de mi infancia en el mundo muggle...—explicó con brevedad...
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La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]
Fiksi Penggemar¿Qué harías si te quedaras sola en el mundo?, si tu familia muriera delante de sus ojos. Si la única forma de salvar a los pocos que te quedaban que amabas es abandonarlo. ¿Huirías?, ¿serías capaz de no ser egoísta y en pensar en ellos primero? ...