La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]

Capítulo 100: Clases de defensas contra artes oscuras.

Gracias a aquella noche, la chica comenzó a relajarse alrededor de Orión, dejando sus miedos a un lado. E increíblemente hacerse más cercanos, si antes pasaban casi todo su día juntos, ahora parecían que no iban a un lado sin el otro. Algo incluso a Harry y Ronald comenzó a cansar, dejándolos solos por más tiempo. Apenas veían a su amiga en clases, entre comidas, y en las noches en la sala común, aunque sólo si estaban despiertos para cuando ella llegara...

Ni siquiera el anuncio de Umbridge al ser nombrada suma inquisidora perturbó a la pareja. Ya que ambos confiaban en que Riley y Dumbledore lo tenían todo controlado. Aunque lo único que perturbaba a Hermione era la falta de práctica en la clase de defensas contra artes oscuras, algo que no tardó en comunicarse a su novio mientras se vestía luego de uno de sus encuentros.

— He estado hablando con los chicos —comenzó diciendo llamando la atención de Orión— sobre aprender defensas contra artes oscuras por nuestra cuenta...

— ¿Con Umbridge vigilando? —preguntó algo curioso pero preocupado porque ella se metiera en problemas.

— Podríamos practicar aquí— soltó con rapidez antes de él asentir coincidiendo con que era una buena idea.

— Cierto, sin embargo, necesitaran a alguien que les enseñen, no creo que puedan aprender solo con libros— comentó con suma tranquilidad—. Y dudo que algún profesor esté deacuerdo en tal clandestinidad o peor que si lo esté, y lo metan en problemas...

— No pensaba en algún profesor, pensaba en que tú podrías enseñarnos— soltó de golpe haciéndolo reír creyendo que se trataba de una broma, pero al ver que su chica no se inmutaba supo que hablaba en serio.

— Por favor dime que estás bromeando...—pidió sentándose en la cama, la cual comenzó a aparecer en su segundo día allí, considerando lo que estaba pidiendo—. Mira...

— Sabes lo que tenemos que saber para nuestros Timos, mejor aún para poder enfrentarnos a lo que sea fuera de aquí— le dijo la castaña parándose delante de él—. Hablas varios idiomas, e incluso...

— Soy lo perfecto que soy sin que me lo digas Hermy— soltó con arrogancia haciéndola reír antes de negar—. ¿Qué es lo que tienes en mente?, ¿enseñarle a ti, a Harry y Ronald? —preguntó con curiosidad antes de negar.

— Buscaremos más estudiantes, todo el que quiera aprender defensas contra artes oscuras— respondió haciéndolo suspirar de nuevo, antes de verla con algo de incredulidad. 

—Bien—solo dijo.

— ¿Hablas en serio? —preguntó sin poder creer que lo había convencido antes de correr hacia él y besarlo.

— Las cosas que hago por ti Hermy— le dijo sonriéndole sobre sus labios mientras sostenía su cintura con sus manos—. ¿Cómo buscarás estudiantes que quieran que les enseñe? —preguntó con curiosidad apartando su rostro del suyo.

— Yo me encargo de eso— se limitó a responder—. ¿Sabes que te amo rubio peliteñido? —le dijo haciéndolo sonreír antes de besarla de nuevo.

— Lo sé ahora, y si no fuera por la hora que es...—mencionó mordiéndose el labio antes de negar ante la posibilidades que les daban su mente de hacer algo mejor que dormir—. Vamos, te acompañaré a tu sala común antes de bajar a la mía...—añadió apartándola de él para poder levantarse de la cama.

Sin embargo, las semanas siguientes ella no volvió a mencionar de las clases de defensas contra artes oscuras, aunque el chico ya tenía suficiente con la gran cantidad de deberes que le ponían a diario, y con las mañanas de los fines de semanas que usaba para entrenar a su equipo. Sin contar con las rondas nocturnas que tenía que hacer como prefecto de noche antes de encontrarse con su novia en la sala de los menesteres. Aunque aquellas salidas fueron limitadas a unas dos por semanas, ya que el resto del tiempo él le ayudaba con todos los deberes que tenía.