Venganza

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-Buenos días chicos ¿Qué tal su fin de semana? -Nos saluda Albert.

-Buenos días maestro – le contesto.

- ¿Qué tal Delly? – Dice en silencio y me guiña un ojo.

La clase fue avanzando, con treinta minutos de anticipación Albert nos deja salir.

-Adele, te espero en mi oficina, vamos- me ordena.

Me cedé el paso antes de él, por lo tanto, yo iba frente a él y claramente podía sentir su mirada en mi trasero.

-Adelante, Delly- dice casi en un susurro.

Extiende la mano y me invita a pasar y eso hago, seguido se dar unos pasos a su escritorio, entra él y le pone seguro a la puerta, no lo veo porque me encuentro de espalda, pero lo escucho todo. Temerosa al qué puede pasar me siento en una de las sillas.

-Que hermosa se ve hoy Adkins

-Gracias...

Se levanta de su fina silla y se acerca a mí, me toma de la barbilla y me planta un cálido beso en los labios, posteriormente me da una mano y me ayuda a levantarme de mi asiento, tira todas las cosas que se encontraban en su escritorio y me recuesta ahí mismo. Comienza a besarme tan apasionadamente que mi cuerpo ardía en llamas, pasa un dedo por mi boca que va descendiendo por mi cuello, para después pasar entre ambos senos, bajar más al abdomen, hasta llegar a mi pierna, subiendo lentamente la falda que llevaba puesta.

-Me gustas, me encantas, me fascinas- asciende hasta mi intimidad y pasa ese dedo por toda mi intimidad que ya se encontraba húmeda.

-Hazme tuya- digo gruñendo.

-Lo siento, tienes que irte a tu clase.

-No, puedo faltar y hacerte pasar el mejor momento de tu vida- le digo.

-No- dice levantándose y dándome otro apasionado beso- no es venganza, pero, así como te sientes ahora, decepcionada y muy caliente, me sentí yo cuando rechazaste mi beso.

Con una punzada de decepción y con las piernas temblándome, decidí no responderle nada e irme. Claro que me pidió explicación por huir, sin embargo, no se la daría. Ahora vendría mi venganza y se arrepentirá.

-Buenas tardes profesor Simon- le saludo al encontrármelo en el comedor.

-Hola Adele ¿Cómo estás, hermosa?

-Bien profesor, gracias.

Justo cuando le daba la mano a Simon veo entrar a Albert y no le hice ni un poco de caso. Pero era evidente que no podía dejar de ver la proximidad entre Simon y yo.

-Me parece excelente ¿Te gustaría almorzar conmigo antes de entrar a la clase?

-Me parece perfecto... - Le digo regalándole la más sincera de mis sonrisas.

-Bien adelante, vamos.

Le sigo y tomamos asiento justo en frente de Albert.

- ¿Qué tal vas en tus materias?

-Muy bien maestro muchas gracias, inteligencia emocional es la que más me gusta de todas las materias.

-O sea ¿La mía no te gusta?

-Claro que sí- digo riendo

-Me has ofendido- dice burlón.

-Ja, no maestro, son distintos contenidos.

-Lo sé, lo sé, sólo bromeaba...- mira su reloj- Se nos hace tarde, vámonos.

-Vámonos- cuando se levantó Simon pude observar la mirada penetrante y molesta de Albert.

Al llegar al salón tomé mi asiento como de costumbre y Simon comenzó a impartir cátedra.

-Chicos, díganme para ustedes qué es la ética.

-Yo- levanté la mano, porque como siempre estaba segura de la respuesta que daría.

-Adelante Adele.

Justo cuando respondería Albert tocó a la puerta.

- ¿Sí? - dijo Simon.

-Buenos días maestro, me presento soy Albert Hills y vengo a presenciar su clase, claro, sólo si usted me lo permite.

-Claro que sí- Dijo Simon.

Albert pasó y justamente detrás de mi lugar, había uno disponible y fue ahí donde se sentó él.

-Adele, continua con tu respuesta.

-Bien- sin que la presencia de Albert me intimidara respondí- La ética es aquella que nos muestra lo que está bien y lo que está mal, pero, esto varía de persona en persona. Ejemplo, para usted puede que esté bien entablar una relación íntima con alguien que no debe, pero para mí eso, está mal, a eso se refiere la ética, además la ética va de la mano de lo moral. - dije segura cien por ciento de mi respuesta.

-Excelente respuesta Adele, me sorprendes cada vez más- me guiña un ojo.

Pasando las horas y los minutos, después de un largo día, en el que mis clases daban fin, me fui a mi habitación. Hoy Laura no estaba, su grupo se fue excursión y llegarían hasta mañana por la mañana, por lo que decidí tomar una refrescante ducha antes de irme a dormir.

Al salir del baño de la recamara con la toalla enredada sobre mi cuerpo, sin voltear atrás, comienzo a elegir mi ropa de dormir, dejo caer la toalla al suelo, me cambio y al darme la media vuelta descubro que todo ese tiempo, Albert estaba en mi habitación, viéndome...



*NOTA* Espero sea de su agrado y hago las partes o capítulos cortas, para que sea fácil de leer para ustedes y no les harte. Saludos, espero les guste. Rox

Simon, I miss you (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora