Me hago a un lado...

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- Y ¿Qué es eso qué quieres decirme Simón? - dije un tanto nerviosa y con el corazón latiendo a mil.

-Me gustas, desde el primer momento en el que mis ojos se cruzaron con los tuyos, desde ese momento sentí algo que jamás había sentido por nadie. Te pienso día y noche, quiero saber si tú siente lo mismo que yo, sino para dejarte ser feliz con Albert

-Sí ¿Qué? - dije exaltada ¿qué mierda preguntó?

-Sí, en la facultad, todos dicen que tú y Albert son pareja, que los han visto juntos. Mira, si tú y él son novios yo me haré a un lado, yo sería incapaz de entrometerme en una relación. Incluso esta invitación era porque quería platicar contigo en plan de amigos, pero al verte tan guapa, no me pude resistir y me vi en la necesidad de decirte lo que me haces sentir. Mi corazón se acelera siempre que te veo entrar al aula con esa jovialidad y esa sonrisa que sólo tú tienes, sé que esto está mal y que... Que estoy rebasando esa línea entre maestro y alumno pero pero...

-Cállate ya- Le digo y me acerco a él y lo tomo de las mejillas y le planto el beso más tierno y lento que he dado en años, un beso que me supo a gloria, un beso que me hizo flotar, que me hizo sentir que el tiempo no era nada estando siempre a su lado. - Simón tú me gustas, tú eres el único hombre que yo quiero en estos momentos. Albert y yo no somos nada, la gente sólo habla y sí Albert quiere conmigo, pero de mil maneras le he dicho que no, porque sólo tú estás en mi corazón.

-Menos mal.

Me toma y me da un apasionado beso, en el que vamos a un ritmo exacto ambos, en el que nos separamos.por falta de aire.

-Te quiero Simón.

-Te quiero Delly.

Nos bajamos del auto y nos vamos al restaurante al que me invitó. Vamos en camino tomados de la mano, ambos disfrutando del momento, sabiendo que eramos correspondidos ambos y que nos queríamos con todas nuestras fuerzas. Al llegar al restaurante el mesero nos lleva hasta nuestra mesa y no cede los asientos.

-Me siento muy feliz de que estemos así Delly- dice Simón dándome un beso en la mano.

-Yo también, no sabes cuánto tiempo espere para este momento.

- La verdad es que tenía miedo de decirte lo que sentía, pero si no lo hacía juro que estaba a punto de explotar, fue por eso que decidí decírtelo. Además de que no tenia la certeza de tu relación con Albert como se comenta en los pasillos de la escuela.

-Agradezco que me lo hayas dicho, porque sino la que explotaría, pero de amor iba a ser yo- le tomo de la mano y la Sobo con el pulgar- de Albert no te preocupes de verdad, él está encaprichado conmigo , pero incluso él sabe que a quien quiero es a ti y sólo a ti.

-Menos mal , ese hombre es un patán. Lo sabré yo.

-Lo sé, pero no hay que hablar de él.

La noche pasó, la mejor noche de toda mi vida había pasado, no podía creer que Simón y yo estuviéramos saliendo, que él me quisiera así como yo le quiero a él.

La mañana siguiente despierto irradiando felicidad.

-¿Por qué tan feliz? - pregunta Laura.

-Ay Laura, ahora no puedo contarte porque voy tarde a clases.

-Más tarde a la hora de la merienda me contarás mujer.

-Claro, que no te quede duda Lau ¡Byee! - me despido.

Voy caminando hacia la clase de inteligencia, muy tarde por cierto, ya no había nadie en los pasillos de la facultad, se veía desértica la escuela, cuando de pronto siento como una mano me toma del antebrazo y me repega a su cuerpo, era Simón.

-Hola amor- dice dándome un pico en los labios.

-¿Qué haces? Nos van a descubir- le digo riendo- justo por eso te regresaré el beso que me acabas de dar- le doy un pico ahora yo.

-Nadie nos ve, todos están en clase y no hay cámaras Delly. Hoy no me toca clase con tu grupo, no te veré- dice haciendo pucheros y aún teniéndome acorralada y sin escapatoria entre sus brazos.

-De ser así entonces ven- le digo mientras me muerdo los labios, él se acerca y le doy un apasionado beso en el que nuestras lenguas se funden y puedo sentir un naciente calor en todo mi cuerpo. - esta noche hay que vernos..

-Sí, ya sé a dónde te llevaré mi amor. Ahora vete a tu clase. Ya sabes, de lejos con Albert.

-Sí amor- le digo y me despido dándole otro pico.

Voy corriendo hacia el salón de clases y Albert se encontraba ahí dando la clase.

-Buenos días maestro ¿Puedo pasar?

-No.

-¿Por qué no?

-Porque ha llegado tarde y la tolerancia es cinco minutos tarde.

-Pero recién van tres minutos.

-Pero después de que el maestro entra nadie más lo hace.

-Gracias- salgo hecha furia.

Oigo unos pasos tras de mí, pensé que era Simón pero era Albert.

-Espera, muñeca , espera- dice caso gritando.

-No me diga muñeca y ¿qué se le ofrece?

-Nada, quería decirte que sí entraras. Te quiero ver.

-Ahora por decisión propia no lo haré, me humilló delante de mis compañeros y eso no se vale, así que decido no entrar a su clase. Mejor nos vemos mañana.

-No me hables de usted mi amor.

-A mí no me dices mi amor y menos tú.

-¿Ah no? - dice en tono retador y me toma el brazo y me deja a escasos centímetros de distancia.

-¿Qué está pasando aquí? - dice alguien y logro reconocer el timbre de su voz y se encuentra furioso. ¡Mierda! ¿Qué hace Simón aquí?

*Chicas un poco corto el capitulo de hoy pero lo escribo ya noche y cansada y con miles de tareas encima de mí, estoy sobrecargada en la universidad. Pero ya saldré de vacaciones y les actualizaré todos los días, espero gusten del capítulo, voten y comenten, gracias por su preferencia*

Simon, I miss you (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora