Simon, I miss you (Terminada)

Es como la pizza

Enseguida retomé la posición en la que me encontraba cuando me asustó Simon. Sentía como sus manos viajaban desde mis hombros hasta las plantas de mis pies haciendo un estupendo trabajo de masajear. Él realmente era muy bueno en dar masajes.

-Señora Blue Adkins, hágame el favor de voltearse y quedar boca arriba, necesito masajerar la parte frontal de su cuerpo- dijo en tono seductor.

Yo no respondí y me volteé quedando boca arriba tal cual él lo pidió, como no llevaba sostén puse la toalla cubriendo mis senos, mientras que el área de mi zona íntima estaba cubierta con mis bragas, ésas sí que no me las quité.

Simon comenzó a masajear el cuello y tocar mi cuello me hizo sentir un estremecimiento fabuloso, sus manos bajaron un poco, al área donde se encuentra mi clavícula para también masajear esa parte. Mi sorpresa fue cuando se despojó de la toalla que cubría mis pechos y comenzó a masajearlos, concentrándose en los pezones, eso hizo que los músculos del abdomen se me contrajeran y el calor interviniera en mi temperatura corporal y yo trataba de reprimir los gemidos, pues afuera habría gente escuchando, mordía mis labios para que los gemidos no nos descubrieran a mi y a Simon. Él sabía bien lonque hacía, de un momento a otro ya no sentí su fino tacto en mis senos, estaba ahora concentrado en mi abdomen, pero ya no era solamente un masaje, yo disfrutaba de esto con los ojos cerrado, él me llevaba a donde quisiera. El calor iba en aumento, Simon había llegado a mi parte más íntima, abrí las piernas para darle paso a lo que él haría, empezó a masajear mi femineidad que ya se encontraba húmeda y de la que emanaba un calor agradable, de liberación. Simon hizo la braga hacia un lado y liberó un poco mi sexo, dejando al descubierto el clítoris que ya se había asomado y el cual Simon masajeo de una manera excepcional, yo seguía reprimiendo los gemidos mordiéndome los labios, decidí abrir los ojos y Simon me observaba mientras veía mis expresiones y masajeaba mi zona "v". Decidí ayudarle y abrí más las piernas y como me fue posible me quité las bragas, me urgía, me estorbaban. Simon ahora puso su cabeza sobre mi zona más prohibida, sentí cómo lamía con necesidad e introducía en mí dos dedos mientras yo agarraba mis senos con fuerza y también masajeaba mis pezones y todo esto hacía erguirme y alzar las caderas por la excitación.

-Ahh- solté un gemido mientras Simon seguía haciendo si trabajo en mi vagina.

-Exquisito- dijo Simon mientras hacia una seña con la mano de aprobación, yo reí- es como la pizza, delicioso.

Yo sólo reí y estaba a punto de correrme una vez más, yo sabía que él lo estaba esperando, pues, sus dedos que entraban y salían de mi zona era cada vez más rápido el ritmo y ahora no sólo lamía el clítoris, sino que lo succionaba y tras ese paso, no pude aguantar más y me corrí.

-Aaaaaaaaahhhhhh joder- solté echando la cabeza hacia atrás.

-Eso era lo que quería- dijo Simon- ¡Sabroso!

Yo volví a reír, Simon andaba muy gracioso hoy y también muy caliente. Me senté en la camilla, tratando de recuperar la respiración y las fuerzas y miré que Simon traía puesta una filipina (ropa especial para la profesión) y pude notar que su miembro estaba muy erecto, lo que me puso al cien de nuevo. Él se paró frente a mí y me abrazó, yo me aferré a él con las piernas y su miembro quedó justamente en la altura de mi vagina, haciendo un contacto directo que me hacía variar la temperatura corporal.

-Eres tan hermosa- dijo viéndome a los ojos- tu rostro, tus ojos, tus labios, tu nariz, tu cuerpo, toda tú me vuelves loco- yo sonreí y le di un beso en la punta de la nariz- pero ¿sabes algo? Ya tengo tu cuerpo, junto al mío, ya te he hecho mía y no sabes cuanto disfruto de esto- y tocó mis senos- y de esto- y tocó mi pizza que estaba caliente pues seguía excitada y él estaba con sus romanticismos- pero lo que más me gusta tener y estar es aquí- tocó mi corazón y en ese momento sentí que morí de amor.