Yo te guiaré

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Después de la hermosa bohemiada a lado de la familia de Simon, nos fuimos.

- ¿A dónde vamos? - pregunté.

-A nuestra casa- dijo y yo lo quedé viendo extrañada

-¿Cómo que nuestra casa? - dije confusa.

-Sí, nuestra casa mi amor. Nuestra- hizo énfasis en la palabra y me tomó de la mano y besó los nudillos de la misma y a mí me comían los nervios.

No dije nada, no sabía qué decir, me costaba un poco de trabajo asimilar lo que había dicho anteriormente, posiblemente lo dijo solamente por cortesía...

-¿Por qué tan callada?- preguntó estacionando el coche en su casa.

-Simon, no traje ropa...

-Con lo que tengo planeado hacerte este fin de semana lo que menos necesitarás en la ropa - dijo en tono pícaro y yo sentí como un rayo electrizante me recorrió completamente.

Simon se bajó del coche y lo rodeó para ir por mí a ayudar a que me baraja de su auto. Entramos a su casa, nunca había entrado, esta es la primera vez que entro y quedé impresionada por ver la grandeza del lugar, tenia un living increíble, todo a color blanco y gris, muy elegante digno de Simon.

-Aquí a fuera- dijo señalando por la puerta de vidrio- está mi consultorio...

-O sea que ¿Vienen pacientitas tuyas aquí a tu casa? - dije pretendiendo hacer tono celoso.

-Sí- él sonrió y en seguida se acercó a mí y yo le di la espalda, pero eso no le importó y me tomó de la cintura y abrazó por la espalda- pero tú eres la única "pacientita" que ha entrado en mi vida, en mi corazón y a mi casa...

-Seguramente, has de ser un vil mujeriego Konecki... -Dije riendo, sólo le decía por molestarlo.

-Pues... No- dijo poniéndome de frente para que nuestras miradas se encontrarán- y tú ¿Qué me dices? Tú eres una mujer muy pero muy coqueta cariño... Esos ojos y esos labios , al expresarte aunque no sea tu intención eres coqueta y eso me mata.

Se acercó y rozó sus labios con los míos, mordió mi labio inferior y yo solté un pequeño grito pues me dolió la mordida. Me separé de él y ahora yo di un beso apasionado, nuestras lenguas después de un tiempo, se volvieron a encontrar y disfrutaron tanto de su unión, quise separarme pero Simon no me lo permitió, me agarró fuertemente con sus brazos y con pasos pequeños me llevó al living, sentía que me desmayaría por no respirar por ese profundo beso que nos habíamos dado.

-Simon... Simon- apenas pude decir, con la voz entrecortada- déjame respirar un poco- me separé de él y me agarré el pecho, a él también le faltaba el aire pero sonreía con triunfo.

Se acercó de nuevo a mí y comenzó a llenar de húmedos besos mi cuello, eso hizo que me excitara al momento, sentí cómo de mi parte más íntima comenzaba a emanar un calor exquisito y a humedecer mis bragas. Simon me quitó sin previo aviso la blusa que llevaba puesta y quedé en un sostén de encaje rojo que dejaba ver un poco del pezón.

-¡Uy me encanta! - dijo Simon acariciando mis senos aún con el sostén puesto.

Yo lancé un ligero gemido. Ahora se puso de rodillas y me ayudó a librarme de aquellos tacos que llevaba puestos, para después ayudarme a quitar el leggin que traía y que al parecer a él le estorbaba.  Se levantó y se me quedó viendo como si fuera una escultura a la cual admirar, mi ropa interior estaba a juego precisamente porque no sabía qué pasaría esta noche, yo agaché la cabeza con timidez pues me sentía expuesta y me daba vergüenza que mi chico me viera así.

Simon, I miss you (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora