¿Estás ahí?

696 55 26
                                    

-Pequeña , buenos días - dijo Peter dándome de besos en los hombros desnudos.

-Hmmm- me quejé- buenos días Pet - me estiré y abrí los ojos al fin- ¿Qué pasó aquí? - dije bromeando y alzando la sábana.

-Pasó algo maravilloso- me hizo un mechón hacia un lado.

-Ya me tengo que levantar para ir a trabajar Pet.

-Yo hoy me quedo, por lo menos hasta las 10:00 de la mañana.

-Perfecto, yo ya me ducharé, adiós.

Estaba a punto de levantarme de la cama cuando Peter me tomó del brazo y me volvió a acostar sobre la cama y rápidamente colocándose encima de mí y con ambas manos tomándome las muñecas de manera que no tendría escapatoria.

-¿Qué haces?- pregunté divertida.

-No dejarte ir.

-Hmmm- reí y comencé a patalear y a hacer todo lo que estaba a mi alcance para salir de donde me tenía.

-No, no. Ni lo intentes- comenzó a besar no cuello- no te irás aún.

-Peter, ya es tarde por favor.

Siguió besándome el cuello y decidí seguir jugando como él lo hacía, hasta que logré llevar el control y subirme sobre él , lo cual me dio la oportunidad de salir corriendo de la cama directamente al baño.

-Me las vas a pagar Adkins- dijo riendo y dando un suspiro final.

Después de casi una hora había qudado perfecta para ir al trabajo.

-Buenos días señorita Adkins- saludaron mis alumnos.

-Buenos días chicos ¿Cómo están?

-Excelente - contestó George.

-Maestra- me habló Gabriela.

-Dime - dije poniendo mis cosas en el escritorio.

-¿Ya revisó los proyectos?

-En eso estoy, me falta un 80% para terminar de revisarlos. Ayer no alcancé a hacerlo.

Gabriela se quedó tranquila y comencé a dar mi clase como lo hago habitualmente. Hoy no tenía trabajo en el consultorio por lo que decidí ir a la oficina a terminar de revisar los proyectos de los alumnos.

Puse un poco de música y me concentré en evaluar los trabajos restantes.

-Que hermosa te ves, tan tranquila- dijo Simon entrando a la oficina y poniéndole seguro.

-¿¡Qué haces aquí!? Simon, me espantaste.

-Moría de ganas de verte. Tenía ganas de ver esos hermosos ojos que me vuelven completamente loco y esos labios carnosos y hermosos que tanto me gustan.

-Simon, tú , tú debes de estar en clases- le dije nerviosa y levantándome de mi lugar.

-No- se acercaba poco a poco a mí- ya terminé una sesión, la próxima es en dos horas. Dos horas en las que puedo estar contigo.

-Pues - me quedé pensando y retrocedía con cada paso que él daba hacia mí- en una hora tengo consulta.

-Una hora es perfecta para lo que tengo planeado hacerte.

Simon me acorraló en la esquina de la oficina, puso una de sus manos recargada sobre la pared y con el otro brazo me rodeó de la cintura.

-¿No me extrañas? - preguntó cerca de mis labios.

-Con tantas fuerzas- le respondí y mi respiración comenzaba a agitarse.

-Entonces ¿Por qué me evitas? ¿Por tu marido? - Yo sólo abrí los ojos demasiado- déjalo, pídele el divorcio. Yo quiero ser tu esposo y tú lo sabes, quiero que seas mi mujer Adele, sólo mía- me apretó a su cuerpo y pude sentir un bulto.

Simon, I miss you (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora