Welcome to my arms

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En la primer avenida de Las Vegas se encontraba el luhgar más deseado y prohibido de todos, por hombres.

Era como un bar, pero con un toque de fantasía. Y no, las chicas no bailaban, simplemente usaban un antifaz, y de ese modo se conocían con un chico, podrían llegar a esa noche o a más dependiendo de él.

Ella trabajaba en el establecimiento, su puesto era llevar a los chicos con las chicas que querían, pero en especial ella no estaba disponible.

Un par de chicos iban entrando, el oji azul volteó a mirar a 3 chicas que estaban platicando, pero le había gustado la más bajita, su nombre era Jade.

Paulette volteó a mirarlos y observo que uno estaba cabizbajo, en cambio del tro que miraba con timidez a Jade.

-Buena noche caballeros, mi nombre es Paulette y bienvenidos a Desiree.

Ella sonrió con pícardia y se fijo en el más alto de ambos que pareciese siquiera escuchar.

-Ah, Hola. Yo soy Tomas, y el es Harry- señalo a su amigo.

-Muy bien, bienvenidos Harry y Tomas. Si no saben que se hace en este lugar se los enseño, se nota su acento inglés. Pueden conversar con las chicas o incluso tener una cita, si quieren un poco más ustedes sabrán.

Paulette hablaba rápido mientras Tomas no dejaba de ver a Jade, y Jade volteaba a mirarlo a él.

-Yo... yo sólo quiero hablar con ella- sonrió señalando a Jade- por favor.

-Buena elección señor Tomas, ella acaba de llegar, sería un gusto que fuera su cliente.

-Pero- carraspeó él chico- ¿cuánto cuesta?

Paul sonrió y rio en voz baja. A su jovén edad era la de más experiencia ahí dentro.

-Ella decide si cobrar o no, ella sabe cuanto. Jade- llamó a la chica- ven aquí- grito y ella llegó rápido.

-¿Diga?

-Tu primer cliente, felicitaciones. Ya sabes las reglas- la miró y Jade se fue corriendo con Tomas.

El chico de ojos verdes había por fin alzado la cabeza.

-Hola, mi...

-Si, sí. Yo no quiero prostitutas, gracias- dijo y la miró de abajo hacia arriba.

-Mira niñito, no sé quien seas ni por qué estas aqui. No deberías estar en Las Vegas, y no somos prostitutas como tú nos llamas. Así que permiso.

Cuando se volteó para irse el tomo su mano.

-Espere...Perdón, no he tenido un buen día.

Ella lo miro y lo invito a sentarse en una mesa junto a ella.

-¿Qué pasa, si se puede saber?- susurro ella nerviosa, Paul no era nerviosa, no no.

-Bueno, mañana se supone que era mi boda- respondió- mi novia, más bien mi prometida me engaño con alguien más y Tomas me invitó a la ciudad del Pecado para olvidar todo.

Terminó y ella tomó sus manos.

-Bueno, Harry. No deberías ponerte así por una mujer, el amor es una mierda y aun más con engaños, si estás aqui es para olvidar.

-¿Y cómo puedo olvidar en este lugar?-sonrió triste y ella se sento en su pierna.

-Bienvenido de igual modo, en dónde todo se olvida.

Y lo besó.

Se acercó tan lento que el la capto en sus brazos y la tomo de la cintura, ella estaba rompiendo la regla de que nadie la tocaba pero vale, por una vez no sucedía nada, ¿O sí?

Harry movía los labios lentamente y ella lo guiaba en un vals, hasta quedarse sin aire ella miro sus labios rojos y él sus ojos encendidos.

-Hasme olvidar- susurró Harry en su oido y ella lo llevo a el cuarto más oculto.

Maldita sea, prenda por prenda caian al suelo. Cuando estaban por fin desnudos ella lo tiro a la cama y se subio delicadamente encima de él.

Al cabo de minutos la habitación estaba impregnada de gemidos y gritos de ambos, sus caderas se movían freneticamente y sus cuerpos exploraban juntos. Ella lo miró y el a ella y sonrieron para seguir y seguir hasta que terminara la noche.

Pasada la media noche habian terminado, dos cuerpos desnuedos seguian juntos mirando al techo mientras sus pechos se movían, sintiendo su corazón.

-Paulette- sonrió el mirandola.

-¿Ah?- respondió ella mirando un tatuaje de él.

-Gracias- beso su frente.

-De nada, cuando quieras estaré siempre en el mismo lugar.

Al cabo de meses ella miraba pasar a cientos de clientes pasar, y no tampoco estaba Jade, había ido a vivir con Tomas a Inglaterra, su sueño.

Paulette siempre esperaba a que ese par de ojos se volvieran a parar ahí hasta que un día a media noche casi al cerrar la llamaron.

-Paulette- sonrió Harry- no sabes cuantó pensé en ti día y noche y aquí estoy, de vuelta en tus brazos.

One Shoots | Harry Styles | H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora