Cada día en Nueva York

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Mi trabajo de cada día consistia en levantar a Marie, besarla, comer junto a ella y hacerle recordar un poco de nuestra vida, incluso si se le olvidaba de nuevo.

Recuerdo cómo empezo la enfermedad...Al olvidar dónde dejaba los trastes, las llaves en el lavadero, un vaso en el baño o a Holly, nuestra hija, en casa de su amiga. Empezó cuando tenía 33 y la consumía poco a poco.

Incluso ahora, era díficil que me reconociera.

-Marie, levantate cariño- susurre en su oído y observe como abría sus ojos-.

-Hola, espera ¿Por qué me levantas? Yo estaba muy bien.

-Salgamos; he hecho unos waffles de mermelada, que mejor ni te cuento lo bueno que están.

Miro su sonrisa y la imito.

-¿Qué son los waffles?- murmuro a lo bajo. Incluso había olvidado su comida favorita.

-Son algo díficil de explicar, pero vamos.

Tomo su mano y ella cede nerviosa, soy un extraño y ella es el amor de mi vida.

La veía comer bocado a bocado mientras me sonreía.

-Y usted qué hace, cómo se llama, dónde vive- pregunta.

-Yo...Mi trabajo es cuidar, siemore lo ha sido. Fui soldado inglés en la época de los 50', me llamo Harry y...vivo aquí

-¡Qué bonito nombre!. ¿Soldado? ¿Hubo una guerra?

-Si, hace mucho tiempo, sólo queda esperar a que jamás vuelva.

Tomo su mano y la tranquilizo. Luego de tantos años sigue siendo la misma.

-Harry, ¿puedo hacerle una pregunta?

-Por supuesto, y hablame de tú- aclaro.

-¿Cómo me llamo?, ¿Quién soy?, ¿Por qué estoy aquí?- y vuelve a padecer.

-Tranquila, Marie.

-Marie...Así me llamo, ¿Verdad?

-Marie Hernández nació en la Ciudad de México, un 7 de Enero de 1936. Tus padres, bueno, ellos eran muy buenos...

Y cuento su historia cómo si fuera otra persona, le cuento que se casó y que tuvo 6 hijos, que todos la visitan. Pero no que yo existo, aunque se lo diga siempre volvemos a lo mismo...Se asustará y luego me abrazará para preguntarme lo que le sucedió.

-¿Cómo se llama él?, ¿Cómo se llama mi esposo, Harry?

-No vale mencionarlo, Marie. Él siempre estara contigo y te amará- acaricio su cara y se le iluminan las mejillas.

-Estoy cansada, ¿puedo ir a la cama?- y asiento.

La llevo, y aunque apenas sean las 7 de la tarde caminamos paso a paso. A mi edad tampoco podía moverme de un lado a otro, excepto para velar por ella y sentarme a verla respirar

La dejo en su cama y lo agradece mientras yo me siento en la misma silla de siempre, dónde les contaba cuentos a mis hijos y cargaba a mi esposa para recordar cuanto la amaba.

-¡Harry!, ¡Harry!

Una voz me aclama y me doy cuenta que me había quedado dormido. Ella está parada frente a mi, tan linda siempre.

-Tú eres mi esposo, contigo escape de mis padres, tú, mi Harry- y me abraza.

No hago más que besarla, lo había recordado, luego de tantos años. Antes de que recaiga y nuestra felicidad se vaya me acuesto junto a ella. Haciendola recordar nuestro primer beso, baile o foto. Y se queda dormida...

Marie Hernández nació en la Ciudad de México un 7 de Enero de 1936 y murió en Nueva York en 2017 en mis brazos. No la quería dejar ir, la extrañaba, y apenas habían llegado nuestros hijos a despedirla. 

Esperaba verla en otra vida, vaya que lo hacía.

One Shoots | Harry Styles | H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora