One Shoots | Harry Styles | H.S

Amarte.

Harry miro a Annie con los ojos que nunca había visto a nadie más. Sé dijo a si mismo que no le gustaba, que era una compañera más, que no le importaba y que no siquiera quería conocerla.

Harry se dijo eso a los 14 años, hasta que un día, su mamá lo miro haciendo cartas a escondidas por la madrugada.

"Harry, hijo, ¿Qué haces?" Cuestionó ella prendiendo la luz.

Harry corrió lo más rápido que pudo y aventó el cuaderno lejos de su delgado cuerpo tratando de hacerse el dormido mientras cubría su cuerpo con las sábanas.

Anne se dió cuenta de lo que sucedía. No la podía engañar.

Al prender la luz se dió cuenta de el pequeño cuaderno tirado con las hojas dobladas por el impacto, la pluma cerca de los pies desnudos de su hijo y el cabello del mismo revuelto al estar acomodado en una mala posición.

Anne no regaño a Harry. Lo levantó y le pidió explicaciones.

"Me gusta aquella chica que te conté que va en mi salón este año. Sé llama como tú, pero no puedo nombrarlos como tú sino me revolveria y todo sería un poco desastroso".

Anne le sonrió y pidió leer la misiva. Harry se sonrojo.

"Mamá, no es nada muy bueno que digamos. Trato de decirle que me gusta, pero no sé cómo"

Aquella noche Anne le hablo a Harry de no tener miedo de amar, de conocer y dejar que lo conocieran.

"Nadie debería tener miedo de amar" le susurró en el oído a su pequeño hijo.

"¿Cómo se siente, mamá?"

"No puedo responder eso. El amor no tiene definición propia, lo sabrás hasta que realmente te enamores. Entonces en ese momento te pediré la definición".

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"Annie, creo que eres el amor de mi vida" le susurró Harry a la chica de cabellos rizados mientras la abrazaba.

Habían pasado dos meses desde que comenzaron su noviazgo, un año desde que había hablado con su madre.

"Basta, Harry, no lo dices enserio. Somos muy jóvenes para saberlo."

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"Annie, creo que eres el amor de mi vida"

Le dijo al oído a su novia después de la primera vez de haber hecho el amor.

"Basta, Harry. No digas esas cosas, no te sientas con la obligación de decirlo justo ahora".

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Aquella noche se pelearon.

Porque él era muy gritón y ella muy sorda. Y jamás podían acordar algo con sus familias.

Ambos estaban muy enojados. Pero era un tropezón más, lo sabían muy bien.

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¡Feliz aniversario, mi amor!

Colgó Harry en la casa para que cuando ella llegara, observará el panorama completo y se sientiera bien.

"Creo que realmente eres el amor de mi vida, Annie"

repitió Harry después de 8 años. Annie se sonrojo.

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"ANNIE, ¿QUIERES CASARTE CONMIGO?” dijo el castaño en voz alta en medio de la playa de Malibú.

"SI QUIERO, HARRY." contestó ella abrazando su cuerpo.

Él fue feliz, ambos eran felices.

Y así llegó su boda, donde ella le repitió todo el día cuánto lo amaba, y el la amo de igual manera.

Pero las complicaciones llegaron y ella no pudo embarazarse después de el primer aborto.

Aquel acontecimiento quebró sus corazones llenos de deseo de paternidad. Pero nunca se abandonaron.

"Annie" movió su cuerpo ligeramente, ella se hizo un poco más pequeña. Harry la obligó a mirarlo.

Annie quebró en lágrimas "No me odies, Harry, por favor. De verdad que quería tenerlo"

El cuerpo de Annie se hizo un ovillo en el pecho de Harry.

"¿Cómo podría odiarte cuando te amo con todo lo que soy? Oh, Annie, podremos intentarlo después. Te tengo a ti, tengo al amor de mi vida, yo sé que si"

Annie y Harry fueron felices por unos cuantos años más, hasta que una rara enfermedad se metió en el cuerpo de ella, "no podemos salvarla" dijieron los doctores.

Y como en pocas veces después de tantos años, Harry se quebró con ella.

"No llores, amor. Estaré bien" dijo ella mientras acariciaba sus rulos entre sus dedos.

El tiempo pasó, y un día cuando Harry se levantó, Annie miraba al cielo con respiración cada vez más apagada.

"Te amo, Harry" dijo en un último suspiro.

No es decir que Harry fue infeliz en su totalidad después de que ella se fue, pero su corazón tenía ese gran hueco que nadie pudo nunca curar. Y a los 75 años Harry acudió a la tumba de su amada Annie.

"Siempre dije que las Anne romperían el corazón de cualquier hombre. Y nunca me equivoqué.
Mi Annie, aún te extraño y duele decirlo pero es verdad. Necesito sentirme en el hogar que perdí desde tu partida.
Sigues siendo el amor de mi vida, creo que realmente eres el amor de mi vida."

Y se sentó a lado de la tumba, como pudo después de el horrible dolor de cadera. Le dejó un par de jazmines azules encima de ella y se recostó encima de la fría lápida por un momento...