One Shoots | Harry Styles | H.S

Minutos

El tercer viaje de campamento entre las escuelas de Leah y Harry estaba por culminar. Leah sentía cosas extrañas cuando él se acercaba, prefería mantenerse alejada y que él también se alejara de ella.
Harry por su parte la quería, no sabía de qué modo, pero lo hacía. Necesitaba cuidarla, conocerla y besarla, este lugar era el momento correcto para acercarse a ella.

Ambos habían sido invitados a el último juego de el campamento entre los estudiantes "7 minutos en el cielo". Cuando Harry se acercó a jugar Leah no sabía que hacer para zafarse de la situación  "ni modo", pensó, "la vida no es tan mala para que me toque con este".

Qué equivocada estaba, ahora se encontraba ahí, a poco menos de un metro de Edward. "Qué quieres hacer" preguntó tímido "Que no me molestes" dijo cortante Leah, y eso era lo que estaban haciendo después de 2 minutos que para él ya era algo interminable.

—Escucha—dijo luego de dos largos minutos el chico

—No entiendo realmente por qué me odias tanto. Digo, no te he hecho absolutamente nada en todo este tiempo, es más solamente nos hemos visto 3 veces en un semestre—se removió incómodo—¿Me puedes explicar qué sucede Leah?

Ella simplemente se giró de su asiento para mirarle.
No podía negar que Harry era guapo, pero no deseaba mantener su mirada cuando él la observo a los ojos.

—Simplemente no me agradas—la castaña lo observo.
—¿Qué?, ¿Por qué?
—Vamos, Harry. Solamente me molestas cada vez que te veo. Te quieres hacer el maldito coqueto conmigo cuando ya deberías saber que eso no funciona—bufó—eres lindo, Styles, eso ni negarlo, eres más que lindo, pero no eres para nada mi tipo.
—¿Te parezco atractivo?—el ojiverde se sonrojó de inmediato sin poder tapar su felicidad mientras ella rodaba los ojos.

—¿Eres o te haces?—preguntó—No es posible que solamente le hayas puesto atención a eso, ¿ves? Por eso me caes mal—
—No entiendo cómo rayos te puedo caer mal si ni siquiera me conoces—Harry bajo la mirada rascando su nuca.
—Lo único que veo en ti es a un Don Juan que piensa que las chicas de su colegio y de otros lugares pueden ser suyas solamente lanzándoles una mirada.
—¿Alguna vez me has visto con otra chica a parte de ti?
—No—Leah habló después de pensar—Pero hubo una vez donde te besaste con la pelirroja de Catherine y después la dejaste por ahí.
—¿Quién te dijo eso?—preguntó molesto

—Ella misma lo dijo después de el segundo campamento—jugó con su cabello—Y el chisme se repartió durante toda la semana por toda la escuela "El líder de Fútbol Americano de la escuela de Cheshire besó a Cathy, si no es qué pasó algo más"—Leah habló con tono de comentarista—Todas estaban extasiadas, les gustas demasiado y que lo hayas hecho con Cathy fue tema de el cual hablar.

Harry se quedó callado. Estaba molesto, con Catherine, con la escuela de Leah y con la propia Leah.

Se acercó a ella y tomó sus manos recortando la distancia que lo separaba. Leah temblaba, no sabía si de nervios o porque en lugar de incomodarle, la persona que cojia sus manos la hacía sentir querida de algún modo.

—Escucha, Leah. Sé qué tal vez no me creas—la castaña negó rápidamente—Bah, lo que sea. Yo jamás bese a Catherine, después de que te fueras de el campamento para irte con Axel—paso un nudo de saliva—yo quería buscarte, sé te había olvidado la pulsera de tela que luego le di a tu amiga, después de eso me encontré a Catherine, estaba muy mal por culpa de el alcohol y quiso besarme, no te negaré que es linda—carraspeo.

Leah sintió su pecho oprimirse y alejó las manos de Harry, pero él las recuperó rápidamente.

—Suéltame, Styles—pidió.
—Carajo, Leah, no me interrumpas. Cathy es realmente linda, pero no eres tú. Jamás la bese, la lleve de vuelta a su casa para que descansara, me hubiera sentido mal si llegaba a hacer alguna tontería que pude haber prohibido.

La chica de ojos marrones lo miro directamente y abrazo sus hombros.

—Lo lamento, Harry. Supongo que te juzgue mal—murmuro recogiendo los hombros

"Los siete minutos han pasado" Gritaron desde afuera.

—Vámonos, Harry—sonrió lentamente ella desanimada que los 5 minutos restantes no habían durado lo que realmente hubiera querido.
—No, primero necesito saber algo—murmuro llamando la atención de aquella chica—Dame una oportunidad. Por favor, conóceme y déjame conocerte, si esto no funciona seguiremos con nuestras vidas.

Ella lo miro, tenía miedo pero le devolvió aquella mueca de felicidad guardada.

—Eso es un...
—Sí—la castaña besó su mejilla haciéndolo feliz.