One Shoots | Harry Styles | H.S

Elías. 1/2

Elias nació el día que murió mi esposa y desde ese momento yo era su única familia.

Mi madre me apoyó bastante en su primer año de vida, yo no sabía nada acerca de bebés ,as que eran una máquina de lloriqueos y popó.
Mi hijo tenía mis ojos pero la sonrisa y el cabello de su madre, ahora que tenía 3 años se parecía más a mi solamente que su cabello era negro y menos ondulado que el mío, era precioso.

—¡Apá!—llegó corriendo Elias con unos pequeños zapatitos nuevos.
—Hola, príncipe—lo salude del mismo modo alzándolo en mis brazos.—¿cómo te fue?—pregunté mientras mi madre caminaba hacia nosotros.
—¡Bien!, abu, abu...

El esfuerzo de Elias por pronunciar el idioma natal de su mamá era hermoso.

—Abuelita—dije para que él repitiera después de mi.
—Eso. Belita Anne me compró unos zapatos nuevos—dijo mientras se agitaba para que le pusiera en el suelo de regreso.

Y se puso a modelar dando vueltitas alrededor de sí mismo. Aunque físicamente era un pequeño Harry todos sus gestos y su manera de ser era igual a _____.

—Muy bien, amor. Ve a jugar al patio con mucho cuidado—dije antes de revolver su cabello con una mano.

—Hola, mamá—salude.
—Hola, Harry—me sonrió.
—¿Se porto bien Elias?—pregunté y ella rodó los ojos de inmediato.
—Si, Harry. Tú niño es un ángel. Por cierto, ¿cuando entrará al kínder? Dijiste que el Lunes, mañana es Lunes...
—Mañana, si.—rasco mi nuca—lo he inscrito a un colegio acá cerca. Es un Niño muy inteligente, ya sabe varios números, los colores y algunas palabras en español.
—Ay Harry—se quejó ella—primero deja que Eli aprenda el inglés y después lo demás, no te apresures.

Nos dirigimos donde jugaba mi hijo para vigilarlo mejor, pensamos que estaría con carritos allá y acá pero no estaba en el patio. Si Elias no estaba en el patio estaba en la sala así que fuimos de inmediato.

Pensé que mi hijo estaría jugando o viendo algún programa de niños pero mi corazón dio un vuelco cuando observé que él tenía su mirada fija en el video de ballet de su madre. Yo lo había grabado.

—Vamos _____, baila. Eres hermosa—decía yo en el video y ella sonreía dando vueltas en sus zapatillas. La seguía amando tanto...

Elias trataba de repetir sus pasos pero perdía el equilibrio y caía de trasero. No me di cuenta el momento donde las lágrimas caían sobre mis mejillas hasta que gritó mi nombre.

—Papi, papi—dijo corriendo hacia mi—¿Qué pasa?, ¿Por qué lloras?—pregunta preocupado—¿estás triste? No llores, por favor—sus manitos jalan mi pantalón para llamar mi atención.

Me inqué para quedar a su nivel y me rodeo con sus pequeños bracitos palmeando mis hombros. Lo atraje más hacia mi. Cuánto amaba a este pequeño bebé.

—Estoy bien, querido. Sigue con lo que hacías, eres excelente

Asintió confundido
—Ella nos mira, pá. Es nuestro ángel, ¿verdad?
Lo mire y sonreí sin más. Olvide que mi madre veía toda la escena, Elias siguió con su práctica.
—Harry, ¿no crees que has hecho mal?—la mire extrañado—Elias sufre por no tener una figura materna a su lado, ¿no has pensado en conseguirle alguna mujer?
—No—respondí seco
—A _____ no le gustaría—toco mi brazo y me deshice de su agarre.
—Lo sé, ella me lo dijo antes de partir. Créeme que lo he intentado, pero no llego a amarlas, sabes que lo he intentado dos veces. Por ahora mi niño es todo lo que necesito—suspire—es mi razón de vivir, aunque ______ es mi alma y mi corazón, no quiero que jamás la olvide. El la ama y me pregunta por ella siempre, lo único que hago es responder...

Mi madre sonríe débil y me abraza ligeramente.

—Está bien, cariño, no soy alguien que puede decirte que hacer con el. Solamente quiero que ambos estén bien.
—Lo estamos madre.
—Despídeme de el niño, está muy entretenido, deséale suerte mañana en el colegio

Besa mi mejilla y se va. Me acercó a mi hijo.

—Vamos, niño de papá—digo alzándolo en mis hombros y grita entusiasmado—debes bañarte, es tarde.
—Pero papáaaaa—dice alargando las palabras—el agua es fea, el jabón es feo. Deberían ser como el baile de bonito, pero no.
—Debes estar radiante para las niñas guapas—le digo y él hace sonido de náuseas.
—Qué asco, niñas. No son buenas, iugh.

Río con él y vamos a la regadera.