CAPITULO 33 Tormento.

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---Shinobu---

Sentí mucho miedo al estar en ese carro, me acurruque en el pecho de Hiroki mientras él me abrazaba sobreprotectoramente, no entiendo como nuestra personalidad cambio ahora él es el fuerte y yo soy un chico temeroso y asustadizo, como hace dos años.

-Tranquilo Shinobu no dejare que les pase nada a ninguno de los dos. –susurro.
-No le digas que estoy así. –suplique.
-No lo diré. –me abrazo.
-¿Qué tanto murmuran ustedes dos? –cuestiono Seomi.
-N-nada. –susurre.

Después de unos minutos el auto se detuvo, me tensé al instante que Seomi bajo del carro y abrió la puerta, Hiroki sonrió y me dijo que siempre estaría a mi lado. El primero en bajar fue Hiroki que me ayudo a bajar, pero Seomi coloco su mano alrededor de mi cintura y me pego más hacia él.

-Camina Hiroki. –ordeno.

Hiroki chasqueo la lengua y empezó a caminar, yo quería apartar a Seomi de mi lado pero tenía tanto miedo que pudiera lastimar a mi bebé.

Nos dirigió hasta una casa e hizo abrir la puerta a Hiroki, al abrirla nos metimos y nos llevó hasta la sala donde ordeno sentarnos.

-Vaya, llegaran muy pronto. –comento una voz.
-¡Ren! –gruño Hiroki.
-Hola mi amor, me alegra verte. –se colocó frente a él.
-Así que fueron ustedes. –gruñí.
-Quien más sino nosotros. –se carcajeo Seth.

Mordí mi labio para no comenzar a gritar y a reclamarles, no puedo creer que se atrevieran a secuestrarnos por su maldito capricho.

-Shinobu, -murmuro Seth y se incoo frente a mí- no sabes lo mucho que deseo escuchar tus gemidos mientras te hago mío.

De repente Seth cayó al suelo de un golpe que le había dado Seomi, yo me recargue en Hiroki quien me abrazo fuertemente.

-¿QUÉ DIABLOS TE PASA? –grito Seth limpiándose la sangre de la comisura de sus labios.
-¿POR QUÉ LO GOLPEASTE? –le reclamo Ren.
-Shinobu es mío, así que no te le atrevas a insinuártele de nuevo porque, -se acercó a él y le apunto con un arma en su cabeza- TE MATARE…
-Bastardo… -mascullo Seth.
-Ahora si me disculpan, -sonrió Seomi mientras me levantaba del sillón tomando mi brazo- tengo muchas cosas que hacer con mi amante.
-No lo hagas, -se levantó Hiroki y me tomo del otro brazo- no te lo lleves.
-Mi querido cuñado, pero que dices, aquí hay una persona que necesita de tu atención, -lo empujo volviéndolo a sentar- por favor no te metas en nuestros asuntos.

Hiroki se iba a volver a parar pero yo negué con la cabeza, susurrando que se cuidara que haría lo imposible para que no me pasará nada. Seomi me llevo hasta una habitación donde me empujo para sentarme en ella. Coloco seguro a la puerta y se volteó.

-Shinobu… -se acercó lentamente- No sabes lo mucho que te deseo.
-No lo hagas Seomi, no por favor. –empecé a llorar.
-Tranquilo amor mío seré gentil contigo. –me acaricio la mejilla.
-N-no quiero.
-Shinobu, -me beso la frente- ¿te entregaste a Miyagi?

Sentí tanto miedo, su mirada mostraba frialdad, ira, enojo, coloque mis manos en mi vientre y lo abracé.

-¿TE ENTREGASTE A MIYAGI? –grito.
-N-no. –susurre.
-NO ME MIENTAS. –me tomo del cuello y empezó a apartarme un poco- DIME LA VERDAD.
-SI, -solloce- me e-entregue a él.

Me recostó en la cama con furia y se colocó encima de mí.

-Entonces tendré que enseñarte quien es tu dueño, tendré que marcar tu cuerpo de nuevo. –me beso el cuello.
-SUELTAME, -llore- NO QUIERO ESTO.

Él no hizo caso a mis palabras y comenzó a acariciarme.

---Hiroki---

-REN ERES UN ESTUPIDO. –gritó Seth- NO PUDISTE CONSEGUIR A OTRA PERSONA QUE NO FUERA TAN LOCA.
-A mí no me grites, solo porque tú no podrás disfrutar de tu chico no te da el derecho de maltratarme.

Los gemelos seguían discutiendo frente a mí, tenía tantas ganas de ir corriendo a lado de Shinobu y sacarlo de ese lugar, pero cuando intente moverme Ren me miro y me tomo de la mano.

-Lo siento pero yo me iré a disfrutar mi premio. –sonrió y me llevo a otra habitación.

Me acorralo en la pared mientras empezaba a olfatear mi cabello.

-Hueles tan delicioso. –lamió mi oreja.
-Apártate. –ordene.
-No. –tomo mi mano y la llevo hasta su entrepierna.

Lo empuje bruscamente y él empezó a reírse.

-Me gustan los retos. –se acercó a mí.
-AAAAAAHHHHHHH. –escuche el grito de mi amigo.
-SHINOBU.

Camine hacia la puerta y su mano me detuvo, me abrazo de la cintura y comenzó a besarme, yo apreté fuertemente los dientes para impedir el paso a su lengua que intentaba entrar, me mordió pero seguí aferrado a no dejar que me besara.

-Supongo que serán por las malas, -sonrió perversamente- tú te lo buscaste.

Me cargo y me llevo hasta la cama, donde saco unas sogas del mueble y ato mis manos a la cabecera de la cama.

-ERES UN IDIOTA, SUELTAMEN EN ESTE MOMENTO. –exigí.
-Hiroki, -susurro con voz ronca- hoy me volveré uno contigo, te penetraré tan profundo que no dejarás de pedirme por más.

---Risako---

Soy la peor hermana del mundo, yo, yo he vendido a mi hermano, lo he dejado en bandeja de plata a esa persona que consideraba mi amigo, como fue que se volvió tan loco, mi pobre hermano… No tengo perdón. Tome la dirección que me había dejado ese infeliz y les hable a unos amigos para que fueran a rescatar a mi marido.

Me subí a mi automóvil y maneje hasta el set, tenía que avisarles lo que pasaba. Al llegar corrí hasta encontrar a Natsumi que platicaba con un chico peliazul.

-NATSUMI. –grité para llamar su atención.
-Risako, tanto tiempo sin verte, ¿en qué puedo ayudarte?
-Natsumi por favor tienes que buscar a mi hermano. –solloce.
-¿Cómo?
-Ese maldito se los llevo, yo deje que se los llevará.
-Risako cálmate que no me estoy enterando de nada, ¿Qué ha pasado?
-S-Seomi se llevó a Shinobu y a Hiroki. –llore.
-¿Qué has dicho? –pregunto el peliazul.
-No pude, no pude…
-Tenemos que encontrarlos lo más pronto posible. –comento el empresario Usami que caminaba hacia nosotros.
-Mi lindo niño. –susurro Natsumi y se dirigió a su oficina.
-Mi amado Hiro-san, él no puede…
-Yo no quise hacerlo en verdad. –llore.
-Mejor tranquilízate debemos apresurarnos. –comento Usami.
-La policía viene en camino, también Miyagi, no le dije la situación pero le dije que llegará lo más rápido posible. –comento Natsumi.
-No debí hacerlo, pero mi marido estaba… -no pude terminar la frase.
-Calma. –dijo el peliazul.
-Solo ruego que no le pase nada el bebé de Shinobu.

Me sorprendí ante sus palabras y más lágrimas salían de mis ojos. Estoy poniendo en peligro la vida de su hijo, perdóname Shinobu…

Alcanzando un Sueño (Nowaki x Hiroki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora