Epílogo

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La enfermería era del tipo estándar. Tenía un escritorio con una silla cerca, un armario algo grande para los medicamentos y otras cosas más, obviamente tenían varias camillas, las cuales estaban separadas por cortinas blancas.

Con la intención de actuar rápido ante cualquier emergencia, la enfermera decidió trasladarse a una tienda cerca del campo deportivo, y al parecer, no se dio ningún percance donde se haya necesitado volver a este lugar, por lo que el lugar se sentía bastante solitario y silencioso.

Ya había limpiado y desinfectado la herida con alcohol y en este momento estaba cubriéndolo con una venda. No era muy grave, pero tardaría su tiempo en sanar.

Mis lentes ya no servían, pues durante mi enfrentamiento se había empapado a causa del calor, sin mencionar que se quebraron cuando recibí esa tremenda bola de fuego. Y para rematar, ahora no tenía ninguno de repuesto.

El peor escenario que pudo haberme pasado. – Suspiré.

Al final, solo me quedaba ir por mis cosas de esta manera.

Mi ropa estaba hecho un desastre, pero pasaba casi desapercibido gracias a que hoy era el festival deportivo. Me moje el cabello y lo deslicé hacia atrás con la intención de que nadie me reconociera.

El plan era ir a los vestidores (ya que todos debieron ir a la clase) cambiarme e irme, pero ni bien abrí mi casillero, lo único que encontré fue un papel pegado en la parte de atrás de la puerta, con una nota escrita a base de un plumón de color azul.

"Reunión en la clase"

- Mike...

¿Ni siquiera puedo dejar mis cosas por un momento?

Llamé a Mike por el teléfono pero no contestaba, luego le mandé un mensaje diciéndole que traiga mis cosas, pero aun así no respondía.

No tengo más remedio que ir por mi maletín.

Podría irme si quisiera, pero estaba pensando en irme a mi entrenamiento cuanto antes, por lo que necesitaba algunas cosas de mi maletín.

Ofuscado, salí de los vestidores y caminé con dirección a la clase. Pero mientras caminaba, las miradas curiosas e intensas de algunas chicas hicieron que me calmara de alguna forma. Caminé sin hacerles caso, sin embargo en mis pensamientos pedía que no me confundieran con algún sospechoso o algo por el estilo, ya que nunca había estado dentro de la escuela sin lentes.

Después de un mar de miradas, ya estaba en el segundo piso, subiendo ya, las últimas escaleras. Pero justo cuando estaba girando la última parte, ocurrió lo que menos esperaba.

Toda la clase.

Sí, me topé con toda la clase, quienes se dirigían a algún lado. Sin embargo, la principal razón por la que me quedé inmovilizado era por la persona que los lideraba, Tachibana.

Ella también se quedó ahí parada a tan solo unos cuantos metros de mí, su expresión era perpleja. Los demás que no entendían lo que sucedía, quedaron confundidos y no tardaron en empezar a murmurar.

¿Es que acaso no pueden hacer otra cosa además de murmurar?

A pesar de mi queja, estaba agradecido de que no me reconocieran. Me dispuse a evadirlos. Sin embargo, Tachibana sostuvo mi brazo justo cuando estaba pasando por su costado.

Nacieron otro tipo de murmuraciones.

No sabía si estaba ignorando a los demás o solo no le importaba, sin embargo, ella me habló con una voz muy suave, de forma que los demás no la escuchen.

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