Donde todo empezó

VOL. 2 Cap 4: Parte 8

Capítulo 4:
Recuerdos
Pasado x Presente

Parte 8

Aika se detuvo de repente. Así, de la nada. Sin la menor intención de soltarme, ella me arrastró hasta el primer piso, a pocos pasos de la salida. Es más, parecía no importarle las tantas y variadas miradas que nos ganábamos. Pero tras todo eso, ella simplemente se quedó quieta sin siquiera devolverme la mirada.

- Aika...

Estaba confundido. Usualmente ella era bastante reservada, salvo aquellos momentos en los que su terquedad le gana o cuando está con Tachibana. Pero ahora, mirando su pequeña espalda y recordando la extraña determinación que había en su mirada hace unos momentos, algo me hacía querer saber la razón detrás de todo ello.

- Keita-kun —pero ella me interrumpió. No me mostró su rostro y su tono era bajo y extrañamente temeroso—. Lo que me dijiste en la mañana... No era mentira, ¿verdad?

- ¿Ah? Espera, ¿por qué preguntas eso ahora?

- Eso... Eso es...

Ella dudaba y no entendía por qué. Para mí todo fue repentino, pues las únicas pistas que tenía era esa mirada de admiración que tenía cuando nos topamos con Senpai y esa extraña determinación que tenía cuando me arrastró aquí. Por un momento se me ocurrió una estúpida razón, pero la descarté al instante. Aun así, ella no dijo más, quedándose callada e inclinando su cabeza hacia adelante; creo, esperando una respuesta.

- Escucha Aika —suspiré resignado—. Todavía no te entiendo, pero si quieres que te lo repita lo haré, aunque... Bueno, Tachibana nos interrumpió así que no tuve oportunidad de aclararme bien.

Era una excusa, casi una mentira, pero ella tampoco me rectificó. Solo vi que sus orejas se tornaron ligeramente rojas. Por un momento me sentí incómodo, pero volví a ser consciente de las miradas que nos rodeaban, que ahora parecían más negativas que antes. Así que liberándome de su agarre, fui yo quien sujetó su muñeca y con un "sígueme", la llevé afuera. Ella debía estar sorprendida, pero no dijo nada sino que se mantuvo ligeramente a mí detrás; a pesar de que baje mi ritmo para igualar al suyo. Caminé hasta que ya no había nadie cerca e intenté seguir con lo anterior.

- Si te soy sincero... —pero fue entonces cuando me di cuenta de lo que iba a decir. Me callé y estaba dispuesto a buscar cualquier otra excusa. Eso sino fuera por todo el embrollo que había creado por mis propios prejuicios. Así que, resignado, suspiré y proseguí—: Si te soy sincero no quisiera que me llames por ese nombre. No es por ti Aika, es tan solo que... Yo no asimilo ese nombre como mío propio. Ha pasado más de un año desde mi accidente, y a este tiempo ya debería ser capaz de sentirme como él, pero yo simplemente no puedo. Yo aún creo que mi existencia es tan solo una mera sombra de ese Keita, alguien que solo vive bajo lo que debería ser él. En verdad, no creo ser más que eso. Pero aun así, lo que dije en la mañana era verdad. A pesar de que no me creo capaz de hacerlo, quiero... Quiero confiar en alguien. Esa... esa es la verdad.

Fue extraño, no pensé que transmitir mis pensamientos en palabras provocara que me entendiera a mí mismo. A pesar de que el mundo no me recibió con los brazos abiertos. A pesar de que no había más que muros entre ellos y yo. A pesar de todo eso, yo en verdad quería confiar en alguien. Esa era la verdad, ahora podía decirlo. Pero también sabía que mi yo actual no podría hacerlo.

- Lo siento Keita-kun —tras un minúsculo suspiro, la voz de Aika y el calor de sus manos cubriendo mi mano, que hace poco sujetaba su muñeca, me hicieron devolvieron al ahora. Sus labios formaban una pequeña pero hermosa sonrisa y sus ojos me miraban con un agradecimiento tal que no pude siquiera articular palabra y solo escuchar lo que iba a decir—: Siento seguir llamándote así, pero quiero hacerlo. Quiero creer que por lo menos así sientas que puedes confiar en mí. Pero...