Capítulo 1:
¡Primero los preparativos!
Recuerdos sin turismoParte 8
Reuniéndonos todos los fines de semana, había pasado un poco más de dos meses desde que jugamos por primera vez juntos. Era así porque, a diferencia suya, yo no necesitaba ir a la escuela gracias a que me dieron la oportunidad de saltarme el resto del año por el tiempo que le dedique a ese proyecto; además de que, durante la semana, me iba con mi tío a su trabajo.
Pero como decía, no había fin de semana sin que nos reunamos, siendo hoy, domingo, el día que le tocaba a Alex elegir dónde ir. Empecé a llamarlo así desde que supe que ese era su primer nombre, además de que era más fácil de decir para mí. Pero eso no es lo importante ahora. La cuestión era que, de entre todos los lugares que se podía visitar el día de hoy, estábamos los tres en el mismo parque donde nos convertimos en amigos.
- Déjame preguntarte nuevamente Alex.
A pesar de eso, mi voz, más que enojo y mucho menos que nostalgia, llevaba quejas.
- Sí.
Y él me respondió con una complicada sonrisa en su cara, arqueando sus cejas casi como su padre.
- ¿Por qué estamos aquí?
- Ya acéptalo Mike. Yo gané así que hoy veremos la práctica de los acróbatas.
Pero no fue él quien me respondió con ese tono burlón y triunfal, sino Mari; caminando alegremente delante de nosotros y sin voltearse.
- Bueno —Alex hizo una mueca de resignación—, al final me ganó la apuesta.
- ¿Pero porque tuviste que retarla en Karuta? ¡Sabes que ella es la mejor de los tres! —Desde aquel proyecto, no me gusta recriminar, pero en este momento no tenía más opción.
- Lo sé, ¡pero estuve cerca de ganar, de verdad! —dijo él, con una gran sonrisa.
En resumen, su exceso de confianza fue el causante de este cambio de planes. Otra vez. Conociendo su inclinación a competir por cualquier cosa, no me sorprendía y la verdad es que ya lo veía venir. Pero a pesar de eso, también sabía que él podría ser capaz de ganarle. Después de todo, él era increíblemente rápido para aprender de todo, más rápido de que yo. Casi siempre competíamos con algo y muchas veces eran cosas que él no conocía. Aun así, la mayoría de veces me ganaba. Por eso no estaba enojado con él, incluso me sorprendí al saber que había perdido.
- Te creo, pero ¿qué pasa con nuestra promesa? ¿Y el bolero? ¡Hoy es la inauguración!
Ante mis quejas, él, en vez de responder, volvió a disculparse con una sonrisa. Sin escusas, solo una disculpa a su modo de ser. No tuve más remedio que resignarme.
- ¡Ya déjenlo chicos, mejor apurémonos! —dijo Mari, en japonés, robando nuestra atención.
Sin dejar de caminar, ella nos miraba sin ocultar su triunfante sonrisa, casi como si se burlara de nosotros. No, definitivamente se estaba burlando de nosotros.
- Okey...
Por eso, tras compartir una sonrisa resignada, no tuvimos más remedio que aceptarlo.
Mari no era tímida o nerviosa como pensé en un principio, todo lo contrario, era incluso más alegre y radiante que Alex. Es solo que no le gusta confiarse demasiado con los extraños. Aquel día que nos convertimos en amigos fue la que mejor se divirtió y ella fue quien tomo la iniciativa para conversar y jugar conmigo. Eso me sorprendió, y más que nada su forma de pensar y actuar. Era casi como yo.
ESTÁS LEYENDO
Donde todo empezó
RandomÉsta es la historia de Alex, un estudiante mitad peruano y mitad japonés, quien empezó a estudiar en Japón en su Primer año de Preparatoria. Sin embargo, lejos de ser una persona entusiasta, su actitud asocial lo convirtió en un solitario. Todo esto...