Vol. 4: Cap. 2 - Parte 5

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Capítulo 2:
Una mirada diferente
Arianne

Parte 5

Otra vez aquí...

Suspiré al ver a ese indiferente y aburrido techo blanco. Otra vez.

Pensándolo bien, la primera cosa que vi cuando desperté, fue un techo blanco como este. Frio e indiferente, pero imparcial.

Recuerdo que cada día, o casi todos, me le quedaba mirando por varios segundos, minutos. Tal como ahora.

Bueno, ahora al menos sé porque estoy aquí —me consolé a mí mismo, listo para levantarme.

- ¿Te sientes mejor?

Sin embargo, una repentina voz me detuvo, y giré mi cabeza hacia mi derecha, de dónde provenía.

Tachibana estaba sentada sobre una silla junto a mi cama, con un libro en sus manos. El cual cerró y puso sobre la casaca azul que reposaba sobre sus piernas, mientras me mostraba una cálida sonrisa.

Vestía un pantalón negro ajustado, el cual delineaba perfectamente lo largo y atractivo de sus piernas, al igual que una polera blanca de mangas semi-largas, la cual me dejó contemplar la raíz de su cuello y sus delicadas clavículas.

Era bella. ¿Mucho tal vez? No. Bueno... Fu... No sé. Puede que sea por recién haber despertado, o porque en medio de todo este espacio blanco y gris, verla a ella fue suficiente para olvidar todo lo que sentí hasta hace un momento. Sin embargo, al enfocarme en su mirada, aquella sonrisa que antes solía mostrar únicamente a Aika y recientemente a mí, me resultó tan débil, tan forzada que me quedé sin palabras.

Porque solo en ese momento me di cuenta de mi error.

Porque esa mirada era la misma que aquella vez en esa azotea, cuando desaparecí por dos semanas. La misma que contemplé el otro día, cuando lloró por primera vez frente a mí. Sin embargo y, aunque al principio no entendí el por qué, sentía que era incluso más doloroso de ver que en aquellas ocasiones.

...Supongo que es porque quería evitar exactamente esto. —comprendí.

Todo porque quería terminar todo cuanto antes. Porque pensé que mientras todo terminara rápido, no la haría preocupar demasiado. Porque una vez más, fui incapaz de tomar en cuenta sus sentimientos.

Con razón no dejas de llamarme idiota —suspiré en mis adentros.

Aun así, y para mantener su deseo, parpadeé un par de veces como si no supiera nada.

- A ver...

Y traté de mover mi cuerpo. Me dolía tanto que no pude evitar hacer una mueca de dolor.

- Khum... —aun así, logré sonreír entre dientes— Bueno, si quieres darme una cachetada estoy seguro que sobreviviré.

Ella, que estaba a punto de acercarse preocupada, se detuvo y arqueó sus cejas desconcertada por unos segundos antes de entrecerrar sus ojos y mirarme con enojo.

- ¿Qué clase de imagen tienes de mí?

No respondí de inmediato. En realidad no sabía porque había dicho eso. Yo solo quería cambiar su estado de ánimo y dije lo primero que se me vino a la mente. Aun así, sentí que esperaba una reacción en particular. Solo que no sé cuál era, ni el por qué sentí aquello.

- Ah... No me hagas caso. Solo estaba diciendo que estoy bien —me senté con cierta dificultad. Todavía tenía puesto el traje/uniforme del torneo—, salvo que me duele todo el cuerpo. ¿Ves?

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