Ya era viernes y como estaba establecido en el horario, la última clase antes del almuerzo era atletismo. Pero antes de ir al campo, la clase, como siempre, se dividió en dos grupos, chicos y chicas para ser precisos.
Tras cambiarse de uniforme en los vestidores, toda la clase se reagrupó en el campo junto a las otras secciones, pero nuevamente se separaran de la misma forma para proseguir cada grupo con sus propias actividades.
Entre todo este va y viene, yo era la única excepción.
Me exoneré del curso argumentando que tenía mala salud, así que aprovecho ese tiempo para leer bajo la sombra del enorme y viejo árbol de Zelkova, el cual era el más cercano al campo que los demás.
Ahora tenía una amplia vista del campo deportivo.
El campo era ideal para el soccer, además que alrededor contaba con pista perfecta para cualquier competición atlética. En un lado del campo, (junto al bosque) estaba implementada con gradas completamente equipadas para cualquier evento; en cambio, la parte junto a la escuela solo era césped, el cual estaba a cierto grado de inclinación. Más arriba, había una gran muralla de árboles, los cuales eran la barrera que separa el campo deportivo de la escuela.
De similares características, hay un campo de béisbol al costado, tras dos líneas de árboles y un camino de concreto. También hay una edificación destinada al baloncesto y al vóley, y también hay una piscina. Pero tales lugares no venían al caso en éste día.
Entre los grupos de las chicas, en medio de la pista, logré avistar a Shimizu, la nueva estudiante, corriendo junto a Tachibana, la molestosa delegada de mi clase.
La semana transcurrió muy rápido, pero felizmente Shimizu no me reconocía para nada, aunque en realidad, ella no tuvo la oportunidad de hacerlo.
Ella se adaptó aún más rápido que Mike, sin contar que nunca se separaba de Tachibana.
Escuché y confirmé que ellas ya eran amigas desde antes. No estoy del todo seguro de cómo y cuándo, pero por lo que escuché, Shimizu había visitado este lugar unas cuantas veces y en una de esas conoció a Tachibana, o algo así.
Bueno, cuando se rencontraron se volvieron realmente inseparables.
***
Todas las chicas del primer año se reunieron junto al campo para correr alrededor de él. Vestían, al igual que los chicos, un short azul marino obscuro con una franja blanca y un polo blanco con los extremos del cuello y brazos del color del short.
Dos chicas iban al unísono, de entre varias que corrían por la pista. Habían cambiado su peinado para poder correr más a gusto.
Una de ellas era la delegada del "1C", Tachibana Yuki, quien estaba sujetando su largo cabello castaño en forma de cola de caballo; y la otra era la nueva estudiante de transferencia, Shimizu Aika quien formó dos coletas bajas.
- Yuki, ¿ese chico no hace ejercicio? — preguntó Shimizu, mirando hacia donde se encontraba el viejo árbol de Zelkova.
- ¿Quién?
Tachibana respondió con otra pregunta, volviendo su miraba hacia la misma dirección. Entonces encontró la silueta de una persona solitaria leyendo un libro, pero ni bien lo reconoció, entrecerró sus ojos con un claro enojo.
- Ah... te refieres a él — respondió de manera despreocupada volviendo su mirada hacia delante —. Shion-san... Creo que tiene una enfermedad y no tiene permitido hacer sobreesfuerzos.
- Ya veo... — dijo Shimizu, mirando un poco más al chico.
- ¿Por qué lo preguntas Aika...? ¿No me digas? ¿Te interesa alguien como él? ¿En serio? — Tachibana no parecía reacia a aceptar tal cosa.
ESTÁS LEYENDO
Donde todo empezó
DiversosÉsta es la historia de Alex, un estudiante mitad peruano y mitad japonés, quien empezó a estudiar en Japón en su Primer año de Preparatoria. Sin embargo, lejos de ser una persona entusiasta, su actitud asocial lo convirtió en un solitario. Todo esto...