Capítulo 5:
Karaoke
Centro ComercialParte 2
- Así que así fue.
Sentado, sin lentes y apoyando mi barbilla sobre los nudillos de mi mano derecha, asimilé toda su explicación. Mientras tanto, en el fondo de la habitación, dos hacían un dúo en plena batalla de parejas. Mike entre las barras, no sé quién animando, incluso tal vez era uno de los que participaban.
- Es correcto Keita-kun, lo confirmé con Yuki —agregó Aika. Sentada a mi costado, con celular en manos y buscando mis ojos.
Ha... así que otra vez estuve pensando de más. Bueno, al menos esta vez aclaré el malentendido antes de meter la pata.
- Nos hizo más populares y estoy agradecida de ello —dijo Mizuki, con sus cejas hacia abajo y sus brazos cruzados. Estaba sentada junto a Yamada, quien no hacía más que comer, en el sofá a mi derecha—. Pero no es grato que nos vean como delincuentes. Bien, acepto que no soy un ángel, pero un par de tatuajes falsos no me hacen una delincuente.
Vaya, hasta esta chica puede enojarse.
- ¿Solo hablas de los tatuajes? —Kitamura Tooru, del "1A", suspiró. Era alto, un tanto fornido, de cabello corto y ondulado. Tenía una mirada seria pero era bastante fácil hablar con él. Era el chico, quien junto a las fisgonas, lideraba el grupo cuando vinieron a mi clase. Estaba sentado en el sofá a mi izquierda, en el lado de la puerta—. En primer lugar, no te visto recapacitar sobre meternos en ese problema.
- Ese no es problema ahora.
- Pero pudimos haberlo evitado si no fuera por ti.
- Pero, ¿no pueden encontrar a los que iniciaron el rumor? —preguntó Aika. Creo con la intención de volver al tema principal o, de alguna manera, ayudar.
- No serviría —le respondí, y ante su mirada de "¿por qué?" continué—. Aún si los encontráramos y, en el mejor de los casos, ellos ayudaran, el resultado no sería diferente a lo actual.
- Cierto —afirmó Kitamura. Por un momento, su expresión se ensombreció, al parecer recordando un momento muy malo—. Lo sabemos gracias a Rikka... Por eso, optamos por disminuir el impacto usando otros rumores. Todavía falta para que hagan efecto, pero los profesores y el Concejo Estudiantil ya están al tanto de todo.
- ¡Pues claro! —Mizuki golpeó sus piernas, ansiosa—. ¡Solo nos defendimos de esos delincuentes! ¿Por qué tendríamos que ser culpados por ello?
Yamada asintió, cruzando sus brazos. Fue la única, pues Kitamura volvió a recalcarle su culpa de los hechos. Aika, parecía divertirle el intercambio que tenían. Y yo... Yo me sentía estúpido. No lo demostraba, pero tras recordar lo asustado que me sentía cuando nos topamos con Hanasawa–senpai... Ella no les había prestado atención a los chicos, pues ya estaba al tanto de todo ese incidente.
- Así que, chicos —De repente, Mizuki levantó su vaso con jugo—. ¡Es hora de divertirnos!
- ¡Oh!
Sin demora, Kitamura y Yamada apoyaron la idea, también alzando sus vasos.
- Pero antes de eso.
- ¿Mm, Kotori?
Pero entonces, Ichijou apareció detrás de Mizuki. Puso su mano sobre su hombro y la obligó a sentarse sin usar fuerza alguna. Entre las tres, ella no era la líder, pero si la que ponía orden. Aun así, era mi primera verla sudando y con una expresión feliz en su rostro. Venía de la otra parte de la habitación. En realidad, ambas partes eran prácticamente iguales, una mesa con bastantes bocadillos esparcidos, y alrededor de ella unos cómodos sofás para sentarse. Sin embargo, solo un lado tenía la pantalla, y ese no era el nuestro. Nuestro lado era relativamente más pequeño, pero contaba con una pequeña congeladora —"todo gratis para nosotros", dijo Mizuki—. Además, estaba destinado para descansar y conversar sin tener que preocuparse mucho por el exceso ruido del otro lado.
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Donde todo empezó
De TodoÉsta es la historia de Alex, un estudiante mitad peruano y mitad japonés, quien empezó a estudiar en Japón en su Primer año de Preparatoria. Sin embargo, lejos de ser una persona entusiasta, su actitud asocial lo convirtió en un solitario. Todo esto...