Cartas de Dios

HOLA

Hola, no te conozco en realidad, tampoco sé tu nombre, y mucho menos sé cual es el plan de Dios en tu vida, pero quiero que sepas que hay alguien que conoce todo de ti y se llama Jesús, y aún así te hayas equivocado en este día o ayer, ¡Dios te dice que te ama y que tiene algo grande para ti, algo que aún tu mente no puede imaginar!

Él de verdad tiene un plan para ti cada día de tu vida, y su plan es de gozo, paz y victoria.

Necesita desesperadamente que venzas tus batallas emocionales porque eres una parte importante de su magnífico plan en este momento concreto de la historia.

Si sigues revolcándote en la pena, ira y la depresión, el mundo se perderá el don con el que has sido creado/a.

Nunca pienses que eres sólo un número para Dios o que puedes seguir justificándote en un espectáculo desproporcionado de tu decepción y temor.

No eres sólo uno/a más en medio de la multitud, sino un recurso valioso que puede traer cambios significativos a este momento histórico.

Yo te cuento que amo a Jesús, porque un día decidí darle una oportunidad. No te puedo obligar ni convencer, tú lo tienes que buscar (el simple hecho de que estes leyendo esto, créeme que no es una coincidencia).

En un mundo donde constantemente estamos probando cosas nuevas, te animo a encontrarte con Jesús.

Dale una oportunidad sincera, ¡Él no la va a desperdiciar!

PARA JESÚS TÚ ERES IMPORTANTE.

JESÚS TE AMA.

JESÚS ES SUFICIENTE.

JESÚS TE DIO TU PERSONALIDAD, Y SI ESO NO ES SUFICIENTE PARA TI, NADA JAMÁS LO SERÁ.

「A N C L A」

Dios no es sólo el Dios del universo.

Él es tu Dios, tu salvación, y tu esperanza.

Él está disponible para ti, su atención y su cuidado están siempre cerca de ti.

Él nunca se va a alejar.

Puedes hablarle, puedes involucrarte con Él.

Él ya conoce lo que va a pasar.

Él conoce tus debilidades y fortalezas.

Su cuidado no depende de lo que hagas.

La vida es complicada e impredecible, no siempre podemos tener control de nosotros o de nuestros sentimientos.

Nuestras emociones a veces nos sorprenden y por eso necesitamos un ancla.

Un ancla para nuestra alma y Dios ya nos dio una: Jesús.

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