Fueron días difíciles, pero acá estoy, siempre estoy aquí por si me necesitas.
No dejes que te mientan, no dejes que suceda otra vez.
Nunca estoy tan ocupado como para no poder hablar contigo. Si silencias los sonidos de las cosas que te rodean y que no te permiten escuchar mi voz, comenzarás a oírme en tu espíritu.
Que las situaciones sean adversas no significa que yo no esté obrando.
Cuando no sepas adónde recurrir, me escucharás darte una dirección divina.
Cuando necesites un amigo, me oirás susurrar: "estoy aquí."
Cuando necesites consuelo, me escucharás llamarte: "ven a mí."
No permitas que la voz de tus propias incertidumbres te distraigan para no oír mi voz, constante aunque suave.
Aquieta tu espíritu, y descubre que yo soy tu Padre celestial y tú eres mi precioso/a hijo/a ¡y me encanta que me escuches!
Me olvidé decirte que va a volver a pasar. Vendrán otros días difíciles pero mis ganas de abrazarte siguen intactas.
Mi anhelo de hacer que tus días sean más livianos permanecen para siempre.
Mi amor no cesa en la tormenta.
Mi gracia no se gasta.
Así que cuéntale a los días, cuando vengan, acerca de lo mucho que yo te amo.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...
