Me llamas Señor y no me obedeces.
Me llamas luz y no me ves.
Me llamas camino y no me sigues.
Me llamas vida y no me deseas.
Me llamas sabio y no me escuchas.
Me llamas bello y no me amas.
Me llamas rico y no me pides.
Me llamas eterno y no me buscas.
Me llamas bondadoso y no confias en mí.
Me llamas noble y no me sirves.
Me llamas Dios y no me temes.
Toda la creación habla de mí, pero también habla de lo amado que eres y de lo mucho que pensé en ti al crearlo todo para mis hijos, para ti.
El sol sale para todos, pero también sale sólo para ti, te brindo mi calor.
La lluvia empapa y molesta a veces, pero toda la vida la necesita, no se trata sólo de ti.
Las nubes que nada parecen dar, en más de una ocasión te han brindado mi sombra al caminar.
Las tormentas que pareces temer, te enseñan a confiar de que pasarán cada vez.
Los desiertos que no puedes soportar, te muestran que estoy proveyendo las fuerzas para soportar.
En silencio, mi voz no deja de sonar.
Las montañas son emblemas de las maravillas que puede mover mi fe, con solamente el tamaño de unas semillas.
Los ríos, los mares hablan de la vastedad de mis sueños.
Te limitas a ser una gotita, cuando te he creado como mar.
-Dios
ESTÁS LEYENDO
Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...