Haz llevado esta carga en gran soledad, mas no fuiste creado/a para andar solo/a.
Oye mi voz, ríndete a mis pies, me necesitas.
Corre a mí, tu Padre.
Corre a tu hogar, solo en mis brazos esta tu lugar.
Te envuelvo en mi gracia, te doy mi perdón y corres hacía mí una vez y otra vez.
Envíe a mi Hijo por tu redención, su sangre fue el precio de tu salvación.
Antes de respirar soplé vida en ti por mi plan perfecto hoy perteneces a mí.
Te reservé para el final, como se reservan los mejores vinos.
Abriste tu boca, yo voy a abrir tus puertas.
Nunca me negaste.
Jamás te has callado.Hicieron murallas de cadáveres apilados, y aunque el temor vivía debajo tuyo, no temblaste. Cerraste tus brechas, guardaste mi nombre
Te acordaste de mí, le enseñaste a tus hijos.
Son aquellos días, mantente despierto/a.
Siente mi gran amor.
Mi misericordia hacia ti.
Ven ante mí, así tal y como eres, ven.
-Dios
ESTÁS LEYENDO
Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...