Yo no quiero una niña que de pequeñeces con el cristianismo.
Yo quiero una mujer que se entregue radicalmente a mí.
Yo no quiero una niña que haga oraciones tibias y tibias.
Yo quiero una mujer que viva desafiando los poderes del infierno.
Yo no quiero una hija que se adorna a sí misma con las últimas modas y tendencias.
Yo quiero una mujer que esté adornada con las joyas interiores de la santidad dadas por mí.
Yo no quiero una niña que deshonra y menosprecia a sus padres.
Yo quiero una mujer que honre mis autoridades que he puesto en su vida y que les sirva con caridad y alegría.
Yo no quiero una niña cuya Biblia sea un accesorio de su guardarropa.
Yo quiero una mujer cuyo hambre y sed es conocer de mí, y que con diligencia se deleita en mi Palabra.
Yo no quiero una niña cuya lengua es un arma engañosa de egoísmo.
Yo quiero a una mujer cuyas palabras goteen con la miel de mi nombre.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...