¿Te acuerdas del día que llegaste a mis brazos?
Porque yo no lo puedo olvidar.
Todavía me acuerdo de tus preguntas, de tus miedos, del peso que llevabas en tus hombros, de cada grieta en tu corazón, de cada fractura en tu alma, y de lo que anhelaban tus ojos.
Esperé tanto ese momento, porque siempre quise tu corazón.
Tenía que sacarte todo lo demás.
Tenía que doler.
Tenía que costarte.
Tenía que causarte inseguridad, angustia, dudas, ansiedad.
Tenía que pasar porque siempre quise tu corazón. En ningún lado estaría más seguro que en mis manos. Aunque no lo entiendas.
Porque si yo tengo tu corazón, tengo todo.
Entonces vas a verme en tus caminos.
Vas a verme descender como lluvia sobre la siembra para dejar el campo listo para la siega.
Vas a verme iluminar tus días como el sol cuando sale con fuerza.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...