No eres sólo lo que muestra una foto.
No eres las tragedias que ocurrieron en tu vida.
No eres el rechazo que otros te hagan sentir.
No eres los pedazos que alguien dejó y se fue.
No eres las cosas que no puedes hacer.
No eres toda la suma de tus errores, mucho menos de los demás.
No eres la lista de cosas que te salieron mal.
No eres las imperfecciones que tus ojos encuentran frente al espejo.
No eres el perfil que te gustaría que fuese diferente.
No eres el pelo que no puedes controlar.
No eres la ropa que te compras.
No eres tampoco lo que estudias.
No eres el pozo donde te encontrarás, las heridas que no sanas, las cosas sin sentido que digan los demás.
Eres un ser eterno, con sed de algo más, con sed de eternidad.
Eres el que busca una verdad.
Y acá va, eres creado por el Perfecto, pero arruinado por el pecado que no quiere soltarnos más.
Eres alma muerta, pero que gracias a su perdón y vida eterna se puede levantar.
Condenado a la sensación de vacío, pero que Dios puede llenar.
Incompleto, insatisfecho, sí, pero porque olvidas que en Él está todo lo que necesitas.
Eres buscado por el dueño del mundo.
Eres el que toma la decisión de cambiar de rumbo.
Eres el que tira el orgullo a la basura, siente la mirada del Creador desde el cielo, y dice "Sí, creo."
Eres el que elige confiar, aunque no lo vemos.
Eres su oveja perdida en este mundo inmenso.
Eres amado por el Rey del universo.
Eres el que puede ser hijo, rescatado, luz del mundo, un valiente, un guerrero, y más que eso.
Eres... lo que Él dice que eres.
"Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido."
Lucas 19:10
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Cartas de Dios
EspiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...
