Te llamé para que seas una mujer de fe.
Quiero que lleves mis promesas en ti.
Mi poder no se ve limitado por las circunstancias, no importa lo difíciles que puedan parecer.
No te persuadas por lo que ocurre a tu alrededor.
Te llamé para que camines por fe y no por lo que ves.
Cuando oyes voces de criticismo, medita en mi palabra. Cree en lo que dije. No permitas que las palabras de los hombres te detengan.
Edifica tu vida en mi palabra, confiesa mi palabra y cree en mi palabra en todo momento.
Estás en una batalla de fe, pero si crees en mí no te decepcionarás. Aunque la visión se retrase, espérala. Yo engendré mi promesa en ti en el momento adecuado.
Ven a mí, cuando sientas que estás fuera de control o sobrecargado. Quiero llevarte a un lugar dónde puedas estar en calma y reflexionar sobre tu vida.
No te llamé a ser todo para todos. Tú te has colocado encima esa demanda.
Aún mi Hijo Jesús tuvo que alejarse de las demandas de la multitud y encontrar alivió en la soledad conmigo, en la intimidad.
Anotemos juntos lo que realmente es más importante para ti, de manera que podamos establecer límites para preservar la paz de tu mente y el propósito de tu vida.
Yo aún establecí límites alrededor del poderoso océano. Es bueno que puedas tomar control sobre tu valioso tiempo y darte cuenta de que es bueno decir NO. Esa simple palabra te librará, te sacará de una vida llena de presiones y te conducirá a un lugar de asombrosa paz y control.
-Dios
ESTÁS LEYENDO
Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...