Espera.
Yo podría sacudir el cielo, oscurecer el sol y hacer que las montañas se muevan.
Tú tendrías lo que quieres, pero no me conocerías a mí.
No aprenderías a confiar con sólo saber que yo estoy ahí.
No conocerías la paz de descansar en mí, cuando la oscuridad y el silencio es todo lo que puedes ver.
Sabrías que yo doy, que salvo, pero no conocerías el brillo de mi consuelo en las madrugadas, la fe que te doy cuando caminas sin ver.
Antes de que lo digas, sé lo que estas pidiendo; pero no pierdas de vista lo que quiero hacer en tu corazón, aún con el silencio.
Espera.
Porque el mayor de los regalos es realmente conocerme a mí.
Y aunque mis respuestas parezcan llegar tarde, mi respuesta más dulce sigue siendo espera.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...