Podría, si quisiera, sanar tus heridas, vendarlas y aliviar tu dolor. Pero no lo haré, no esta vez.
No te inquietes, he decidido esto solo porque te amo.
Voy a proceder de otra manera; una más creativa y asombrosa, una que demuestre en verdad lo mucho que te aprecio.
Esto es lo que haré, te daré uno de los mejores regalos que tenemos aquí en el cielo:
Un corazón nuevo.
Uno que ame mis formas, que no se resista al misterio, que confíe sin temores, que descanse en mis promesas.
Que se alimente de mis delicias, que me crea más que a la lógica, que deseche lo corrompido, que aborrezca las tinieblas.
Que exprese mi naturaleza.
Será río, no solo estanque.
Será alegría, no solo risas.
Será hogar, no solo casa.
Será flores, no solo raíces.
Será tierno, nunca mas de piedra.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...