Déjame ser el aliento, déjame ser el amigo que te calme el sufrimiento.
Quiero que sepas que estoy atento; te ayudaré a sobrepasar este mal momento.
Cuenta conmigo, permíteme ayudarte; caíste, pero con mi mano puedes levantarte.
Habla conmigo, ábreme tu corazón; no voy a dejarte solo en medio de esta situación. Aunque la tormenta nuble el cielo, siempre estaré dispuesto a darte consuelo.
Seré tu sol, la luz que te guía; déjame devolverte la alegría.
Quiero ser el amigo en quien confías. Prometo estar contigo todos los días. Te amo y siempre te he cuidado, por si no lo sabías.
El tiempo de la tormenta será temporario, y algunas veces el dolor será necesario, y será para escalar otro peldaño, pero no dejaré que el proceso te haga daño.
Conmigo estás seguro, te lo aseguro; conozco tu pasado, tu presente, tu futuro.
No te fallaré, seré tu amigo sincero; seré tu sol, seré tu fiel compañero.
Cuando la tormenta del dolor llueva en tu corazón, yo seré tu sol.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...