Suelta, corazón, los recuerdos que fueron piedras en tu vida, deja de tocar la herida.
Suelta los temores que te paralizan en mis manos, yo los cambiaré por risa.
Suelta las dudas acerca del futuro, mis planes son perfectos.
Suelta los intentos de entender lo sucedido, mis caminos son mejores que los tuyos.
Suelta las cargas que hacen difícil el camino, yo prometí descanso.
Suelta las manos de los que se fueron, toma la mía, te daré consuelo.
Suelta el querer hacer las cosas a tu manera, si no es lo que yo planeé no funcionará aunque quieras.
Suelta el orgullo que te impide rendirte, en la adoración verás que no eres nada y aún así yo quiero redimirte.
Suelta la angustia, la nostalgia, el dolor; abraza mis promesas, mi consuelo, y mi amor.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...