Escúchame, mi princesa.
El amor no es un juego, es un don.
Yo sé que existen aquellos que no se preocupan sinceramente por tus emociones, pero yo te digo que tu corazón es de un valor incalculable.
Reflexiona acerca de tus relaciones, tú que tienes un rango real. ¿A quiénes estás dejando entrar en la esfera privada de tu mundo? ¿Te acercan esas personas más a mí, o debilitan tu fe y te alejan de mí?
Yo di mi vida para que tú pudieras ser libre. No quiero que quedes atrapada en el "juego de las relaciones" para lograr la aprobación de la gente.
Si eliges participar en esos juegos, perderás todo lo que tengo para ti.
Yo soy tu Padre, y sé qué es lo más adecuado para mi hija.
Tómate de mí y suéltate de aquellos que te dañan. Entonces estarás libre del poder que ejercen sobre ti, y adquirirás sabiduría necesaria para descubrir cómo debe ser una relación duradera y real.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...