Querido/a hijo/a,
ya te desperté por la madrugada, no te arrojé, te caíste.
Todos se cayeron desde Adán.
Todo lo que sientes es tu naturaleza, creada a partir de decisiones. Tétricas decisiones.
Todo brota de mí, incluso el abismo, nada puede ser sin mi creatividad, nada puedes contener ni en tus recuerdos.
Es un plan, muy sencillo: tengo lo mejor para todos, pero ¿qué clase de libertad sería obligarte a elegir?
Así que eligieron no seguirme, no amarme aunque la cruz fue la solución, la ignoraron. Pero los amo. ¡Oh hijo/a!
Llevas la muerte en tus venas, no necesitas reclamarla.
Tus decisiones son grietas que te hunden en movediza.
Te estoy salvando, desde la cruz, lo ves muy simple, vanal y estúpido. Prefieres burlarte.
Querido hijo/a, mi mano es larga alcanza cualquier caos, es incandescente, como tus sueños. Pero deja, te quito la venda, y cuenta te darás que nunca has estado solo/a, que tu corazón no es gélido porque lo enciendo. Lo enciendo con la potencia de todo el universo, del poder que reside en el cosmos y se acentúa en las estrellas.
Querido/a hijo/a, tú decides cuándo despertar.
Quizás crees que estás en pesadillas, pero sólo algunos continúan durmiendo.
La muerte tiene garantía pero la decisión del destino tú lo decides; despertar en el paraíso o ser atormentado/a por fuego.
No te llevaré, no estás listo/a.
Los que ansían la muerte se aturden de la vida y la vida es extraordinaria.
Saldrás de esta.
¡Oh querido/a hijo/a! Me duelen tus pensamientos, los escucho como lamentos diarios.
¿Por qué no te decides a ser feliz?
La creación no es para sufrir, es para vivir, para ser pleno. Para garantizar la eternidad, para amar hasta el final.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...