No te desanimes hijo/a, el dolor es parte de la vida. Pero te prometo que voy a convertir cada lágrima que derrames en gozo, y usaré tus dolores más profundos con un propósito divino.
No trates de esconderme tus heridas. Yo lo sé todo de ti. ¡Tú eres mi hijo/a amado/a!
Yo soy el único que puede encargarse de tu corazón y restaurarle la salud completamente una y otra vez.
Yo también he experimentado grandes dolores y sufrimientos, rechazos e ira.
Pero podemos pasar cada prueba juntos. Con tu mano en la mía, te guiaré de regreso al lugar de mi paz y de mi gozo, luego de la tormenta. El sol volverá a brillar sobre ti, y tu corazón experimentará sanidad.
Te prometo, hijo/a mío/a, que cuando atravieses las aguas profundas de los grandes problemas, estaré contigo.
Cuando cruces los ríos de dificultad, no te ahogarás.
Cuando camines sobre el fuego de las opresiones, no saldrás quemado.
-Dios
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Cartas de Dios
SpiritualCartas de Aquel que lo dio todo por quien no merecía nada. ¿Puedes imaginarte que alguien tan aparentemente distante conozca tu nombre mucho antes de que tus padres se conocieran? Su mirada va más allá de esta piel y mientras sus ojos navegan tu al...