Alan
Algo me impedía respirar. Rápidamente abrí los ojos. Era ella, me había agarrado la nariz.
— Sí que estás bien... —reí y pose mi mano en su abdomen.
— Esto duele, ¿sabes? —dijo mirándome apenada.
— ¿Las heridas? Eso ya lo sé.
— No hablo de eso. —hizo una pausa— Sino de lo nuestro que nunca fue nuestro. —¿Qué?
— ¿Qué estás diciendo? —la miré confuso.
— ¡Qué quites la puta mano de mi operación! — arquea una ceja.
— ¡Hostia! —la quite rápidamente— Lo olvide. —me rasque la cabeza.
— Ya lo vi. —echó la cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Recordé lo que me dijo Ethan. ¿Se lo digo o no se lo digo? Mejor no.
— ¿Te duelen los pies? —le pregunte.
— Casi no siento nada ¿Por qué? —Esto no huele bien.
— Sólo pregunte...
— Dime.
— Nada, tenías dos cuchillos atravesándote los pies. Lo normal es que te duela.
— Ya me han disparado antes y no me preguntaste si me dolía. No soy tonta, ¿qué te dijeron? —me mira.
— Si te lo digo vas a volverte loca.
— Si no lo haces te juro que mato a alguien y sólo tu estas en ésta habitación. —me calle para pensar. De todas maneras lo sabrá pero puede que se recupere y pueda caminar. Entonces no hace falta que se preocupe y haga una locura— Es malo, ¿no? —su voz se torna seria pero a la vez tranquila.
— Sí. ¿Seguro que quieres saberlo? —asiente— Después de la operación, Ethan me dijo que puede que dejarás de caminar. —dije rápido.
— Vale. —dijo simple y volvió a echar la cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Seguramente que, en este momento, le están pasando muchas cosas por la cabeza.
Eche en la cama y la examine. Veía su rabia, como apretaba los dientes. Esto sería lo más duro que le puede pasar. Sin sus pies no sería nada.
— Llama a Ethan. — dijo de repente.
— Voy. —me levante rápidamente y fui en su busca. No volví a la habitación hasta traerle.
— ¿Cómo estás? —le preguntó.
— ¿Qué tan alta es la probabilidad de no poder andar? —Ethan me miro y luego volvió su mirada hacia Mad.
— La probabilidad es alta pero con mucho esfuerzo, recuperación y mucha paciencia podrás hacerlo pero aún así, habrá efectos secundarios. La debilidad de estos será mucho mayor.
— Ethan, —le dijo para que parara— sabes que dejar de andar es una tortura sobretodo con el trabajo que tenemos. Esto es lo más importante.—señala sus pies.
— Lo sé pero todo tiene su fin.
— ¡No! Esto no ha llegado a su fin. Yo —se señala— no he llegado a mi fin. No me he rendido nunca y ahora tampoco lo haré. Así que ya puedes estar diciéndome lo que tengo que hacer para recuperarme porque no voy a cruzarme de brazos sin hacer nada. Y si tu no me ayudas lo haré yo sola. Volveré a andar, te lo aseguro. —los dos nos quedamos callados por lo que acabamos de escuchar— ¿Y bien? —se cruza de brazos.
— Voy a por mis cosas para examinarte.
— Bien. —sale de la sala.
— Volverás a andar. —le dije seguro de mí mismo.
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¡Ups! Una vida menos
ActionDespués de la muerte de mis padres, deje de ver la vida de esa manera. Conocí a Alan, compañero en mis misiones y en el día a día. Comencé a ver lo que uno no pensaría que podría pasar en la vida real. Y así me hice fuerte. ¡Ups! Olvidé presentarme...