(4 semanas después)
Tomé la harina para preparar unos pasteles mientras Hudson salió con unos amigos. Por fin estoy aprendiendo a cocinar y hacer muchas más cosas que antes no hacía.
Después de acabar los pasteles, Hudson entró como una bala en casa.
— Tienes que probar esto, me salió increíble. —dije extendiéndole uno.
— Averigüe algo. —se come el pastel— Éso está muy bueno. —toma otro.
— Lo sé. —dije contenta— ¿Qué averiguaste?
— Alan la rechazó.
— ¿A quién?
— A Clair.
— ¿Enserio? ¿Estás seguro?
— Segurísimo.
— ¿Por qué?
— No lo sé, no dijo los motivos.
— ¿Debería de alegrarme?
— Supongo. —se encoge de hombros.
No sé si la rechazó porque quiere a otra persona o por alguna otra razón. O tal vez no le interesa estar con alguien, lo que me alegraría. ¡Ah! ¿Pero que digo? Parezco una estúpida adolescente.
— También hay otra cosa que me dijeron. Alan se compró un perro y está cuidando más del perro que de él mismo.
— Por lo menos, ahora, tiene compañía.
— Pero tiene a Thomas. ¿Y si vamos a verle? Mejor dicho a espiarle.
— Suena muy bien.
— Pues ve a por algo con capucha.
Los dos subimos para tomar la prenda y fuimos a un parque cerca de la casa de Alan. La casa en la que viví. Nos pusimos la capucha antes de salir del coche.
— ¿Lo ves? —me pregunta Hudson.
— No. Ya ni se como es, tanto tiempo sin verle.
— Tu tranquila que lo recordarás.
Seguimos caminado por el parque hasta dar con un Alan mareado. Nos quedamos viéndole.
— Es totalmente penoso. —reí.
El perro daba vueltas alrededor de él enredandole la cuerda entre los pies.
— Creo que no fue buena la idea de que adoptara un perro. —dice Hudson
— Me pregunto que nombre le habrá puesto.
Nos sentamos en un banco cerca de él. Echo de menos ese rostro que ahora estaba algo mosqueado pero alegre a la vez. Echo de menos pasar mis dedos por su cara y besar sus labios. Echo de menos que me desnude y ser uno todas las veces que queramos. Eres lo más importante para mí y siempre estuviste ahí. Mi gran miedo te alejó y a lo mejor estaríamos bien juntos, los dos. Tal vez si te hubiese dado una oportunidad, si nos hubiese dado una oportunidad, todo esto no hubiese pasado. Tal vez si ahora mismo voy corriendo hacia ti, me tomarías en brazos y nos besaríamos como si no hubiese un mañana. Tal vez si hago eso, una bala traspasaría nuestros cuerpos pero estaríamos juntos para siempre. Tal vez son dos grandes palabras que sólo te hacen pensar y seguir pensando hasta volverte loco creando miles de historias posibles en tu cabeza. No te deseo ningún mal porque a veces el mal se salta los límites. Tan sólo quiero que todo esto acabe.
— Creo que ya deberíamos de irnos. —le dije a Hudson.
— ¿Enserio? Esto es mejor que una película de comedia. —ríe.
— Dos personas con capuchas que no dejan de mirar a una persona, no son para nada sospechosas. ¿No crees?
— Tienes razón pero esto tenemos que volver a verlo algún día.
— Claro. —sonreí.
Volvimos a casa. Nunca pensé que tan sólo ver a una persona me podría hacer tan feliz.
(3 meses, 3 semanas y un día después)
Una llamada en mitad de la noche nos despertó. Era Norton.
— ¿Qué ocurre? —dije algo dormida.
— Alan acaba de infligir las normas del bando. Aún estamos esperando más detalles pero no sabemos si aún sigue con vida.
— ¿Qué? ¿Cómo que no saben? —dije alterada.
— Se acaba de ir con alguien de otro bando. Si tenemos noticias os avisaremos. A lo mejor tendremos que traerle con vosotros.
— Vale, cualquier cosa me llamas. —colgué y me giré para ver a Hudson— ¿Escuchaste eso? —dije con una sonrisa en la cara.
— ¿La parte en la que dijo que no sabían si estaba vivo o que a lo mejor lo traerían con nosotros?
— Vivirá. —mi sonrisa no se podía borrar.
* * * * *
¡Hola chicos! ¿Qué tal están?
Creo que ya se dieron cuenta de que se viene un capítulo muy importante y el más esperado por muchos. Por eso me gustaría ver todo el apoyo que puedan darle al libro.
También quiero darles las gracias por los 50k. Esto es alucinante, enserio, muchas gracias. Porque todo es gracias a ustedes.
¡Qué tengas un muy buen día!
Besos.
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¡Ups! Una vida menos
ActionDespués de la muerte de mis padres, deje de ver la vida de esa manera. Conocí a Alan, compañero en mis misiones y en el día a día. Comencé a ver lo que uno no pensaría que podría pasar en la vida real. Y así me hice fuerte. ¡Ups! Olvidé presentarme...