— Hudson. —susurre. Ni caso. Seguramente nos habrá inyectado algo para dormir tan profundamente sin sentir nada— Hudson. —dije un poco más fuerte pero aún no despertó— ¡Hudson! —grité y éste al instante despertó.
— ¿Qué? ¿Qué está pasando? —dice confundido.
— Buenos días, chicos. —dice un hombre de mediana edad apareciendo de la nada.
— ¿Qué quieres de nosotros? —le pregunté con todo el asco del mundo.
— Venganza. ¿Qué? ¿Pensaron que tan fácil ibais a salir? —ríe.
— ¿Por qué?
— Tú, maldita perra —arrastra su pistola por mi cara— mataste a mi hijo.
— Pues algo tuvo que hacer ese hijo de puta.
— ¡Cállate! —me golpea.
— ¡Oye! Fui yo, déjala a ella. —dice Hudson.
— ¡Pero qué bonito! —vuelve a golpearme y se pone serio— Yo estuve ese día ahí, la vi.
— ¿Y por qué no me mataste ese día? Preferiste huir como un cobarde. —el hombre empieza a reír como un desquiciado.
— Haré lo mismo que tu hiciste con él. ¿Últimas palabras?
— Sí. —pegué un grito y me empuje hacia atrás con fuerza rompiendo la silla.
— ¡No te muevas! —me apunta con la pistola. De poco le sirvió ya que con una mano le tomé de la muñeca y con la otra golpeé la pistola haciéndola caer al suelo.
— ¡Estás eran mis putas vacaciones! —le grité y le pegué un puño seguido de otro.
Le di otro puño en la barriga y un rodillazo en la cara. Éste cayo al suelo. Me subí encima de él y no paré de darle golpes en la cara. La sangre salpicaba por todos lados pero eso me daba igual. Me levanté y tomé el pincho de la chimenea.
— ¡Estás eran mis vacaciones! —grité para después clavarle el pincho en el corazón.
Respire aliviada como si en todo este tiempo me hubiese aguantado la respiración. Me di la vuelva y me encontré con Hudson mirándome horrorizado.
— ¿Estás bien? —le pregunté.
— Yo debería de preguntarte eso a ti. Estaba muerto hace rato. —mira al hombre— Deberías de hacerte unas pruebas neurológicas. —reí— Hablo enserio. —dice muy serio. No estoy loca.
— Estoy bien, sólo es la ira acumulada en todo este tiempo.
— Lo que tu digas, ahora desatame.
— ¿No recuerdas la lección?
— La suspendí. —sonríe culpable.
— ¿Y cómo pasaste? —comencé a desatarle.
— Me tiré a la instructora.
— Ya me pareció que andaba mucho detrás tuya.
— Todas están locas por mí.
— A lo mejor te dejo aquí atado.
— A lo mejor no eres tan mala. —sonríe mostrando sus dientes.
Hudson llamó a K y mientras llegaban los del Sector N nosotros hicimos las maletas. Ya no estábamos seguros aquí. Menos mal que no vino Betty. A la pobre le hubiese dado algo. Al acabar con todo fuimos a meter las maletas dentro del coche, listos para irnos.
— ¡Madison, espera! —grita Devyn desde su casa y va corriendo hacia mí— ¿Ya te vas?
— Sí, me llamaron del trabajo.
— No puedes irte así sin más. Dame tu número o algo.
— ¿Un beso te sirve? —me mira confuso.
Me acerqué a él lentamente y le di un tierno beso. Un beso no mata a nadie.
— Quizá en otra vida podríamos estar juntos pero en ésta es imposible. —le dije subiendo al coche.
— Una pena, espero que nos volvamos a ver. —le sonreí y cerré la puerta.
Giré mi cabeza para ver a Hudson. Éste me estaba mirando con cara de "quiero una explicación ahora mismo".
— ¿Qué? —dije inocente.
— Con que no tenías nada con el chico. —me mira achinando los ojos.
— No tengo nada con él.
— Lo que tu digas. —asiente con la cabeza.
El camino a casa fue bastante largo ya que en la carretera ocurrió un accidente de tráfico y las colas parecían eternas. Una vez llegados a casa, Norton y Louis nos estaban esperando.
— Nos han dicho lo que os ha pasado. —dice Norton— Y por eso os trajimos esto. —señala una caja que había en la mesa.
— ¿Qué es? —pregunta Hudson.
— Son unas armas. Ya no estáis seguros y necesitáis protección por si vuelve a ocurrir un incidente parecido. Pero tenéis que esconderlas bien. —dice Louis.
— Y hay una cosa más. —dice Norton— Sabéis muy bien los dos que, cuando alguien del bando tiene novia o alguna amiga que ve a diario que no sea del bando, investigamos sobre ella. —nos explica lentamente.
— Sí, ¿quién se echó novio? —dije sin entender por donde iban los tiros.
— Alan.
— ¿Qué? —dije sorprendida.
— No sabemos si son novios pero si sabemos que no sólo charlan cuando se ven. —dice Louis.
— Deberías de darle otra oportunidad a la vida. —me dice Norton— Y tu también. —mira a Hudson.
— Nosotros ya le dimos una oportunidad a la vida, por eso estamos aquí juntos. —fingí una sonrisa.
— Eso. —dice Hudson— Estamos muy bien juntos.
— Iré a darme una ducha. —me fui antes de que me dijeran otra cosa.
¿Cómo que tiene novia? ¿Es tonto? Claro, no sé que estaba esperando, era seguro que me iba a olvidar tan rápido. ¿Por qué no me lo dijeron antes? Me hubiese quedado con Devyn. Espero que sea feliz con esa. No, la verdad que le deseo todo el mal.
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¡Ups! Una vida menos
ActionDespués de la muerte de mis padres, deje de ver la vida de esa manera. Conocí a Alan, compañero en mis misiones y en el día a día. Comencé a ver lo que uno no pensaría que podría pasar en la vida real. Y así me hice fuerte. ¡Ups! Olvidé presentarme...