Alan
Todos te estábamos esperando pero al verte en brazos de Ace llena de sangre y él con lágrimas cayendo por su cara, se me partió el corazón. Sabía que algo no iba bien. La metió en la furgoneta, justo delante mía. Patrice y Carson se ocuparon de ella.
— Voy a dejar una bomba dentro. Esos hijos de puta no se merecen vivir. —dice Ace enojado y se va.
No sabía que decir ni hacer. Ahora ibas a morir por mí culpa. Los demás entraron en el otro furgón. En éste ya no había espacio. Tú lo ocupabas todo pero lo merecías. Hudson se puso al volante. Me quedé en shock. Pero tú despertaste.
— Mad, no te muevas. —dice Patrice.
— ¿Dónde está A-a...? —dice Mad poniendo todo su esfuerzo para hablar. No sé porqué aún me dolía que te importará más él que yo. Aún no me hice a la idea que estés enamorada de él.
— Ace se fue a dejar una bomba pero ya mismo regresa. —dice Patrice.
— Vamos a por las últimos materiales que nos quedaron. —dice Carson— Eso nos ayudará mientras pensamos en algo.
— Alan, ven aquí y aprieta. —me dice Patrice— Ella salvó tu viva, ahora salvale tú la suya.
Me acerqué como pude. Aún estaba débil pero tu merecías todo mi esfuerzo. Apreté donde Patrice me indicó. Salía mucha sangre. Mad levantó su mano a mi cara. La miré, estaba muy pálida.
— No te muevas, vas a salir de esta como siempre lo haces.
— Te quiero. —dice antes de que su mano caiga al suelo.
— Yo también Mad, yo también. Siempre lo hice. —mis ojos se llenaron de lágrimas.
— Quita Alan. —dice Carson mientras deja el material en el suelo y pone sus manos donde yo las tenía.
Volví a mí lugar.
— Vámonos Hudson. Ace se irá con ellos. —dice Patrice— Venga Mad, te odio pero no morirás en mis manos.
Hudson arrancó el coche y nos fuimos a toda prisa. Giré mi cabeza para ver a Hudson.
— ¿Tú también lo escuchaste? —le pregunté.
— Sí amigo, no estás loco. —me sonríe y me da unas palmadas en la espalda.
¿Por qué la muerte tiene que ser la escusa para que me digas que me quieres? Aunque estoy feliz de que me lo dijeras. Siempre fuiste reservada con tus sentimientos. Si supiera que me querías, te hubiese secuestrado el primer día que volviste.
— Alan. —me llama Carson— Toma el móvil de la guantera y llama a K. Y ponlo en altavoz. —eso hice.
— ¿Diga? ¿Ya acabaron la misión?
— Madison se está muriendo, necesita de urgencia un trasplante. ¿No tienes algún contacto cerca? —dice rápidamente.
— Veré lo que puedo hacer. ¿Qué necesitan?
Carson y Patrice le explicaron, luego colgó. A los dos minutos volvió a llamar.
— Sigan la ruta por la que han venido.
— Hudson, sabes, ¿no? —dice Patrice.
— ¿Y Ben?
— Murió y Stan también.
— Sí sé la ruta. —dice Hudson.
— Bien. Bueno, sigan, viene otro por el camino. ¿Quién más murió? —todos miramos a Hudson. Es el único de la furgoneta que estuvo en todo.
— Alisha, Bobby, Evan y Elias. —contesta él.
— ¿Y el resto?
— Alan estuvo grave pero está bien y a Frank le dispararon pero está estable. Y Tarek se volvió algo majareta.
— ¿Consiguieron la caja?
— Sí.
— Menos mal. Mantenerme informado. —cuelga.
¿Qué haré sin ti? No puedes irte y dejarme con un te quiero. Eso debería de ser ilegal.
— Tenemos que parar, no queda gasolina. —dice Hudson al cabo de un rato.
— Vale. Alan llama a K y dile que entramos a echar gasolina. —dice Carson.
Le llamé y le dije mientras Hudson paró. Se movió muy rápido. Después siguió conduciendo. Por el camino otra furgoneta nos pitó e hizo señas con los faros.
— Creo que son ellos. —dije.
Hudson paró fuera de la carretera y los del otro furgón dieron la vuelta y se pusieron detrás nuestra. Patrice y Carson abrieron las puertas de atrás y los otros entraron rápidamente y se ocuparon de ella. Ni podía mirarla. Salí del furgón y me tumbe en el suelo al lado de la furgoneta. Hudson hizo lo mismo pero él se quedó dormido. Madison tienes que salir de ésta. No puedes dejarnos así. Eres la única persona que me hizo sentir algo, la única que lo logró porqué tú eres inigualable, irremplazable, magnífica y claro está, única. Al poco rato llegaron con el otro furgón.
— ¡Ay Dios mio! —oí a Ace decir.
— Ace vete y déjanos hacer nuestro trabajo. —le dice Patrice.
Unos segundos después viene y se sienta a mí lado y se echa a llorar en mi hombro.
— ¿Cómo pasó eso? —le pregunté— ¿Qué le hicieron?
— Mi ex mujer fue. Mi ex la apuñaló por la espalda. —dice entre llantos.
(Unas cuantas horas después)
— Por ahora está estable. Tienen que dejarla descansar y esperemos que su cuerpo acepte el órgano. —dice uno de los médicos que vinieron.
— Muchas gracias. —dice Ace y estrecha la mano con cada uno de ellos. Luego se van— Los del furgón —lo señala— se han quedado dormidos.
— Hudson también. —dije.
— Entonces tendremos que manejar nosotros. Yo iré en éste. —Ace señala al que estaba Mad.
— No. —puse mi mano en su hombro— No vas a estar atento por tenerla a tu lado.
— ¿Y contigo estará mejor en tu estado? —levanta un poco la voz. Me mira unos segundos— Lo siento, tienes razón. Mejor ve tú. —asentí con la cabeza y me ayudo a subir— Ten cuidado. —levante el pulgar afirmando lo que dijo. Claro que lo tendré.
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¡Ups! Una vida menos
ActionDespués de la muerte de mis padres, deje de ver la vida de esa manera. Conocí a Alan, compañero en mis misiones y en el día a día. Comencé a ver lo que uno no pensaría que podría pasar en la vida real. Y así me hice fuerte. ¡Ups! Olvidé presentarme...