Capítulo 53

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No lo dude ni un segundo. Al día siguiente ya había adoptado un perro. Le puse Nur. Era muy juguetón, demasiado. Le compré todo lo necesario antes de volver a casa.

— Creo que no fue una buena idea adoptar un perro. —le dije a Thomas mientras miraba a Nur correr por toda la casa.

— Déjale que se acostumbre. Acaba de salir de una jaula y está libre. Algún día se cansara.

— Espero que tengas razón. ¿Ya acabaste la comida?

— Sí pero yo no pienso compartir mi comida con él. —rodeé los ojos.

— Tranquilo, él tiene su propia comida.

Después de comer me lo llevé de paseo por el parque. No paraba de tirar de mi para oler todas las cosas. En un momento dio vueltas a mí alrededor haciendo que la cuerda se enrede entre mis pies, luego echó a correr y me tiró al suelo. Lo peor es que habían unas mamás muy buenas que me vieron y se rieron de mí. Nur se me subió encima y me lamia por todos lados moviendo su cola desenfrenado. Algunas veces hasta me golpeó con ella.

Gran cosa no hicimos éste día, sólo estuvimos con Nur. En la noche vino a mis brazos y se quedó dormido. Ya me gusta éste perro. Lo llevé a mi habitación y lo puse en mi cama. Se veía tan relajado y tranquilo ahora. A saber por cuantas cosas has pasado pequeño.

(Cuatro meses después)

Comprarme un perro ha sido la mejor idea. Nos llevamos muy bien, hasta le enseñé hacer algunas cosas. También le lleve a algunas misiones y es el mejor. Paseamos cada día, cuando yo entreno él también, compartimos comida, hasta me ayuda a ligar con las chicas. Es uno más de la familia y por fin, ya no duermo solo. Nos hemos encariñado el uno del otro. Aún me pregunto porque no me compré uno antes. Volví a ser feliz con él. Es mi mejor amigo, yo le cuento todas mis penas y él me escucha tranquilo y cuando acabo, me lame y da vueltas contento. Me hace olvidarlo todo.

— Thomas, tienes que quedarte con el perro, tengo misión.

— Llevatelo contigo.

— Ésta misión es más complicada.

— Vale... —alarga.

— Y tienes que llevarlo de paseo.

— ¿Enserio?

— Sí. —rodea los ojos. Me agache para estar a la altura de Nur. Creció muy rápido— Pórtate bien, ¿sí? Papá no tardará en volver. —le acaricie y le di un beso. Él me lamió mientras movía su cola.

Después de costarme mucho despegarme de él, subí a mi coche y fui al refugio. Una vez allí, nos juntamos todos para ir a la misión. Era un intercambio entre bandos. La misión era fácil sólo tenías que tener mucha paciencia. Todo fue muy bien, no hubo ningún disparo. Las cosas se pueden arreglar sin hacer una guerra por ello. Nos fuimos muy contentos, hace mucho tiempo que no tuve una misión así.

Al entrar dentro de casa, Thomas estaba en el sofá muy preocupado. Él levantó la vista y me miró, se asusto más. Sentí un muy mal presentimiento y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

— ¡Nur! —le llamé— ¡Nur! —miré a Thomas al ver que no venía— No me digas que... No puede ser. —puse mis manos en la cabeza.

— Lo siento.

— Dime que pasó. —dije intentando mantener la calma.

— Me distraje un segundo, sólo uno y al darme la vuelta ya no estaba. Lo busqué y lo llamé por todos lados por un buen rato y nada. Luego pensé que el nunca se va lejos de nosotros por lo tanto alguien se lo tuvo que llevar así que regresé a casa. Lo encontré... —le interrumpí.

— No lo digas, quiero seguir teniendo la misma imagen de él.

— Lo siento muchísimo, de verdad.

— ¿Por qué aún seguimos viviendo en ésta casa? Tuvimos que mudarnos cuando murieron tus padres.

— Sé donde hay una casa muy buena, podemos comprarla. Claro, si quieres seguir viviendo conmigo.

— ¿Le enterraste?

— Sí, en el jardín.

— Vale. —asentí— Vamos a comprar esa casa.

— ¿Quieres qué yo...? —señala arriba.

— ¿Qué tu? —pregunté sin comprender.

— ¿Quieres que recoja las cosas de Mad? —me quedé pillado. Olvidé que aún estaban sus cosas. Mejor dicho, olvidé que existía esa habitación.

— Ya me ocupo yo. —suspire. Thomas se levantó y vino hacia mí para abrazarme.

— Lo siento. —susurra.

No le dije nada, me separé y subí a la habitación de Madison. No estoy enojado con él, para nada, sé que él quería mucho al perro. Cuando le adopté sabía que esto podría pasar pero no creí que habían monstruos sin escrúpulos capaces de hacerle algo a Nur. Tranquilo pequeño, siempre estarás en mi corazón. Has sido lo mejor que me ha pasado hace tiempo. Espero que te encuentres con Madison, tú mamá. Yo algún día estaré con vosotros. Nos vemos al otro lado, papá te quiere y está muy orgulloso de ti. Y siento no haber estado contigo en tus últimos momentos. Todo esto es por mi culpa. Me limpié la lágrima que caía por mi rostro, suspire y entré en la habitación.

¡Ups! Una vida menosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora