Madison
Un chico no dejaba de mirarme y hacerme señas para que fuera.
— Voy al baño. —dije mientras comíamos.
Pasé por e lado del chico y le hice una seña para que me siguiera.
— ¿Qué quieres? —le dije.
— Por fin me haces caso.
— Pues empieza a hablar. —me crucé de brazos.
— Tienes que tener cuidado.
— ¿De quién?
— De su ex mujer.
— ¿La ex mujer de quién? Habla más claro. —le sacudí un poco.
— De Ace.
— ¿Ace se casó? —dije sorprendida.
— Sí y su mujer quieres matarte. Cuando Ace se divorció de ella, se volvió loca, en el verdadero sentido de la palabra. —Y él no me contó nada.
— ¿Y tú cómo sabes todo esto? —le pregunte mientras le miraba fijamente para ver si mentía.
— Porque yo soy su vecino.
— ¡Por fin te encuentro! —dice una mujer y le agarra del brazo— Espero que no te haya molestado.
— Para nada. —le sonreí a la mujer y se fueron.
Así que estuviste casado. Volví a la mesa y seguí comiendo como si nada pasara.
(Minutos después)
— ¡Qué no le hice nada! —grité mientras Alan se iba.
¿Cómo puede ser tan idiota cómo para creer que yo ataqué a esa? Que se folle a las que quiera, a mí me da absolutamente igual. Celos dice.
— ¿Qué pasó? —dice Ace detrás mia.
— Nada. ¿Por qué no me dijiste que has estado casado? —puse mis manos a cada lado. Se sorprendió al escuchar la pregunta.
— No hacia falta que te lo dijera. —intenta tocarme pero retrocedí.
— ¿No hacía falta que me dijeras que me quería matar o que?
— Estaba todo controlado.
— Pero eso no significa que no me lo tengas que decir.
— Bueno, la próxima te lo contaré todo.
— ¿La próxima? —levanté las cejas— Debería de saber todo ya. —señale con el dedo al suelo.
— Ya, tranquila, estás viva, ¿no?
— Sí pero no gracias a ti. —vuelve a acercarse para abrazarme, ésta vez me deje.
— Lo siento. —me da un beso.
— Vale. Quiero ir a entrenar un poco.
— Pues vamos.
— Sola.—aclare.
— Oh... vale. —me sonríe— Llévate el coche, Thomas y yo tomaremos un taxi.
— Vale. —le di un beso y me fui.
Antes de ir al gimnasio, fui a casa para cambiarme de ropa y ponerme algo más deportivo. Ahora que lo pienso, podría haber traído a Ace y a Thomas a casa. Bueno, da igual, ya se apañaran ellos. Al acabar me dirigí al gimnasio. Entre dentro y me paré en la puerta. Una ola de recuerdos se me vinieron a la mente. Marcus. Ojalá estuvieras aquí para poder entrenar juntos como antes. Fuiste un gran apoyo para mí. Me puse los guantes y fui hacia el saco de boxeo. Esto estaba vacío. ¿Por qué tuviste que morir al igual que mis otros seres queridos? Tú fuiste uno de ellos. Comencé a golpear el saco. ¿Por qué no me matan a mí en su lugar? La puerta se abrió, me giré para ver quien era. Alan. Nos quedamos mirándonos uno al otro sin decir nada por unos segundos.
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¡Ups! Una vida menos
AksiDespués de la muerte de mis padres, deje de ver la vida de esa manera. Conocí a Alan, compañero en mis misiones y en el día a día. Comencé a ver lo que uno no pensaría que podría pasar en la vida real. Y así me hice fuerte. ¡Ups! Olvidé presentarme...