Madison
Me tumbe en el suelo por el cansancio, mis piernas no daban más de si. La verdad que me siento mejor ahora, necesite sacar todo de mi.
— Ya que estamos, vamos a entrenar, tengo que seguir en forma. —le dije al descansar lo suficiente.
— Vale pero no te esfuerces demasiado.
En unas horas ya habíamos acabado y Alan me llevo con Ethan.
— Estoy muerta. —le dije por el camino.
— Yo igual. —me mira. Le suena el móvil— ¿Diga? —lo pone en altavoz.
— Ven al refugio. —era K.
— ¿Ahora? —dijo de mala gana.
— Sí, tienes una misión.
— Voy a llevar a Mad con Ethan y luego voy.
— Vale. —cuelga.
— Yo también quiero. —me crucé de brazos.
— Haber lo que te dice Ethan y a lo mejor K te asigna algo.
— Seguro que sera una mierda.
— Cada uno con lo que puede. —se burla.
— Idiota. —le di un puño en el hombro.
Una vez llegados, Alan me dejo y se fue. Una enfermera me dijo que esperara a Ethan en una sala. Espero que siga progresando y no ocurra otra cosa. Ya quiero volver a tener mis misiones.
— ¿Cómo estás? —dijo al entrar frotándose las manos.
— Bien, hoy entrene. —se sienta en una silla a mi lado.
— ¿Todo bien?
— Sí, solo me cansé un poco más rápido.
— Eso es normal. Quítate los pantalones. —me los quite y me senté en la camilla— No te esfuerces demasiado ahora. —dice tocando la zona— Tienes que ir aumentando poco a poco.
— Hay otra cosa que tengo que decirte...
— Dime.
— Pero no le digas a K, necesito hacer una misión. —le dije casi rogando.
— Yo tengo que darte el visto bueno para que pueda darte la misión pero dime, ¿qué paso?
— En la universidad, estaba de pie, pero no estuve mucho tiempo y el pie izquierdo comenzó a temblarme. Si no me hubiese agarrado Alan me hubiese caído.
— Eso era un efecto secundario de los que podía pasarte. —frunce el ceño.
— ¿Es malo?
— No tanto, tienes que estar menos de pie mientras tus musculos vuelven a acostumbrarse. Ya te dije, tienes que tener mucha paciencia y sé que tu de eso no tienes ni un pelo. —ríe.
— Sí que tengo. —achine los ojos.
— Si tu lo dices... —se levanta y me extiende el pantalón— ¿Dónde está Alan?
— En una misión. —bufé.
— ¿Con que irás a casa? —Hoy tenía que volver a mi casa. Lo olvidé.
— Supongo que con un taxi. Vine en el coche de Alan.
— Si quieres te llevo yo. —mira su reloj— Ahora acaba mi turno.
— Vale. —dije indiferente.
— Ven, voy a cambiarme. —me llevo al vestuario.
— ¿Estas seguro de esto? A lo mejor me tiro encima de ti. —él sólo era 3 años mayor que yo y si fuera mucho mayor tampoco me importaría.
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¡Ups! Una vida menos
ActionDespués de la muerte de mis padres, deje de ver la vida de esa manera. Conocí a Alan, compañero en mis misiones y en el día a día. Comencé a ver lo que uno no pensaría que podría pasar en la vida real. Y así me hice fuerte. ¡Ups! Olvidé presentarme...