Capítulo 5

3.2K 301 9
                                    

Madison

Me tumbe en el suelo por el cansancio, mis piernas no daban más de si. La verdad que me siento mejor ahora, necesite sacar todo de mi.

— Ya que estamos, vamos a entrenar, tengo que seguir en forma. —le dije al descansar lo suficiente.

— Vale pero no te esfuerces demasiado.

En unas horas ya habíamos acabado y Alan me llevo con Ethan.

— Estoy muerta. —le dije por el camino.

— Yo igual. —me mira. Le suena el móvil— ¿Diga? —lo pone en altavoz.

— Ven al refugio. —era K.

— ¿Ahora? —dijo de mala gana.

— Sí, tienes una misión.

— Voy a llevar a Mad con Ethan y luego voy.

— Vale. —cuelga.

— Yo también quiero. —me crucé de brazos.

— Haber lo que te dice Ethan y a lo mejor K te asigna algo.

— Seguro que sera una mierda.

— Cada uno con lo que puede. —se burla.

— Idiota. —le di un puño en el hombro.

Una vez llegados, Alan me dejo y se fue. Una enfermera me dijo que esperara a Ethan en una sala. Espero que siga progresando y no ocurra otra cosa. Ya quiero volver a tener mis misiones.

— ¿Cómo estás? —dijo al entrar frotándose las manos.

— Bien, hoy entrene. —se sienta en una silla a mi lado.

— ¿Todo bien? 

— Sí, solo me cansé un poco más rápido.

— Eso es normal. Quítate los pantalones. —me los quite y me senté en la camilla— No te esfuerces demasiado ahora. —dice tocando la zona— Tienes que ir aumentando poco a poco.

— Hay otra cosa que tengo que decirte...

— Dime.

— Pero no le digas a K, necesito hacer una misión. —le dije casi rogando.

— Yo tengo que darte el visto bueno para que pueda darte la misión pero dime, ¿qué paso?

— En la universidad, estaba de pie, pero no estuve mucho tiempo y el pie izquierdo comenzó a temblarme. Si no me hubiese agarrado Alan me hubiese caído.

— Eso era un efecto secundario de los que podía pasarte. —frunce el ceño.

— ¿Es malo?

— No tanto, tienes que estar menos de pie mientras tus musculos vuelven a acostumbrarse. Ya te dije, tienes que tener mucha paciencia y sé que tu de eso no tienes ni un pelo. —ríe.

— Sí que tengo. —achine los ojos.

— Si tu lo dices... —se levanta y me extiende el pantalón— ¿Dónde está Alan?

— En una misión. —bufé.

— ¿Con que irás a casa? —Hoy tenía que volver a mi casa. Lo olvidé. 

— Supongo que con un taxi. Vine en el coche de Alan.

— Si quieres te llevo yo. —mira su reloj— Ahora acaba mi turno.

— Vale. —dije indiferente.

— Ven, voy a cambiarme. —me llevo al vestuario.

— ¿Estas seguro de esto? A lo mejor me tiro encima de ti. —él sólo era 3 años mayor que yo y si fuera mucho mayor tampoco me importaría.

¡Ups! Una vida menosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora