— Voy a preparar algo para comer. —dice Hudson una vez llegados dentro.
— Llévame a la cocina, tengo que estar vigilandote para que no quemes la casa. —él me fulmina con la mirada.
— Menos mal que Louis y Norton nos trajeron algunas cosas ésta mañana.
— Y menos mal que sabes cocinar. —reí.
— Has encontrado al novio perfecto, sé hacer de todo. —dice él muy orgulloso de si mismo.
— Tendré que decirle a Betty que no somos novios para que no se extienda éste chisme falso.
— Entonces tendré que encontrar otra novia por aquí.
— Ni se te ocurra traerla aquí. Ah espera, que por aquí sólo hay viejas. Suerte con eso. —sonreí satisfecha.
— Vas a quedarte sin comida. —me fulmina con la mirada.
Después de comer, le pedí que me ayudara a ducharme. Soy una inútil en éstos momentos. Él llenó la bañera con agua y me puso en el borde para poder quitarme la ropa.
— Estaré en la habitación de al lado, si necesitas algo me llamas. —dice yéndose. Intenté quitarme la camiseta pero me dolió.
— Hudson... —dije mirando al suelo.
— Dime. —se da la vuelta.
— ¿Podrías quedarte?
— Claro. —dice algo confuso.
Se acercó a mi y algo cortado fue quitándome la ropa.
— Lo siento. —dije avergonzada. Lo peor es que no sé porque me avergonzaba.
— No tienes porqué. —dice él tranquilo.
Al quitarme toda la ropa me metió con cuidado en la bañera y él se quitó todo menos los boxers. Se metió dentro, sentándose detrás mía, poniendo sus pies a mis lados. Fue restregando sus manos por mi espalda suavemente.
— Si piensas que estoy disfrutando de esto, no es así. —dice él rompiendo el silencio— No me gusta ver a la gente sufrir.
— Lo dejé de pensar en el momento en que no te quitaste los boxers.
— ¿Quieres que me los quite? —me quedé pillada. No sabía que decirle.
— No bueno, si te los quieres quitar, no tendría ningún problema. —escuché una risilla de su parte.
— ¿Desde cuándo te pongo nerviosa?
— No es verdad.
— Si que lo es. —me callé.
Él siguió limpiándome con mucho cuidado, al acabar, él también se limpió. Pasó sus manos por mi barriga y tiró de mi hacia atrás, recostándome en él. Suspire hondo y me relaje, todos mis músculos estaban muy tensos aunque no había razón para ello.
Al acabar, Hudson me puso un albornoz y él se limpió con una toalla. Nos tumbamos en la cama. Al ponerse de lado, quedamos a muy pocos centímetros. Miré sus labios con deseo pero él me miraba a los ojos. Aunque realmente no quería besarle sino que echaba de menos otros labios.
— Sabes que no podemos. —susurra.
— Lo sé.
— Aunque depende.
— ¿De qué? —levanté mi vista.
— ¿A quién quieres en realidad? ¿A Ace o a Alan? —En mi corazón lo tenía todo claro pero mi mente no lo quería aceptar— Alan siempre te quiso, aún cuando estabas con Ace. Creo que eso le hizo quererte mucho más. La verdad es que me sorprendió cuando volviste con Ace, juntos.
— Me enamoré de Ace pero cuando volví y vi a Alan, deje de quererlo poco a poco. Y los sentimientos que siempre sentí por Alan volvieron pero intensificados.
— Lo sabía. —sonríe— ¿Pero por qué nunca estuvieron juntos?
— Porqué todos mis seres queridos han muerto y no quiero perderle a él.
— Es un rollo todo esto. Yo hice que mi madre me odiara para que siga con vida. Me odio por eso pero fue la mejor decisión que he podido tomar.
— ¿Aún está viva?
— No pero murió porque estaba enferma.
— Lo siento.
— Yo también. —se tumba boca arriba— Ni se te ocurra tirarte encima de mi en la noche.
— Lo que si haré será tirarte de la cama.
— No puedes. —ríe.
— Idiota. —dije entre dientes.
Cerré los ojos esperando quedar dormida lo mas rápido posible. Alan, te echo de menos. No sé cuanto tiempo vamos a estar así y quisiera decirte que rehicieras tu vida pero mentiría. Soy una egoísta pero quiero hacer las cosas bien por una vez en mi vida. Pero primero tienes que saber que estoy viva y es imposible.
A la mañana siguiente, Hudson me despertó porque Betty vino para invitarnos a comer a su casa y no quería un no como respuesta. La verdad que Betty es una gran cocinera y sobre todo muy amable con nosotros. Es muy raro todo esto, demasiada paz a la que no estoy acostumbrada. Al fin y al cabo no es tan mala ésta vida aunque faltan algunas personas en ella.
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¡Ups! Una vida menos
AcciónDespués de la muerte de mis padres, deje de ver la vida de esa manera. Conocí a Alan, compañero en mis misiones y en el día a día. Comencé a ver lo que uno no pensaría que podría pasar en la vida real. Y así me hice fuerte. ¡Ups! Olvidé presentarme...