Nos encaminamos a una cancha que está vacía, Samuel deja sus cosas a un lado y saca dos raquetas. Volvemos dentro del rectángulo, me entrega una y trato de sostenerla lo mejor que puedo.
—Sostenla fuerte, Maddie —presiona mi mano con la suya en el mango —lo primero que haremos es un servicio o saque, ya que con ese movimiento comienza el juego —se pone detrás de mí ayudándome a sostenerla en el ángulo correcto. Nuestras manos se elevan.
—¿Lo estoy haciendo bien? —pregunto nerviosa y volteo a verlo, él asiente.
—Vas muy bien —con la otra mano toma una pelota y la hace subir a la misma altura de la raqueta —¿lista? —asiento, él me sonríe, pero sigue muy serio en su papel de instructor, luego la arroja hacia arriba —y golpeas —impulsa nuestras manos hacia la pelota que va cayendo, con el impacto logramos que esta se eleve hacia el otro lado de la red.
Sonrío satisfecha viendo la distancia que ha recorrido.
—Nada mal para ser una principiante —sonríe —ahora probaremos con un poco de desplazamiento, y para eso utilizaremos la máquina lanza pelotas.
Toma su raqueta y se coloca a mi lado, del bolsillo de su short saca el control de la máquina que no sabía que tenía y la enciende. De inmediato salen pelotas en diferentes direcciones aterrizando cerca de nosotros.
—Para este ejercicio lo principal es mantener las rodillas flexionadas y tratar de predecir la trayectoria de la pelota, así corres hacia ese lado y la devuelves al campo contrario —con gran agilidad logra que una de las pelotas cruce —de esta manera.
Tomo la raqueta con firmeza como Samuel me ha enseñado y comienzo a golpear las pelotas que veo, no es nada fácil, pero al menos he conseguido arrojar unas pocas al otro lado.
Unas horas después él apaga el dispositivo y camina hacia mí extendiendo su mano para chocarla con la mía.
—Buen trabajo, compañera, ahora vamos por algo de tomar y te llevo a tu casa para que empecemos con lo de biología.
Caminamos hasta donde hemos dejado las cosas, estamos a punto de tomarlas para irnos cuando Angeline corre hacia nosotros tomando a Samuel por el cuello y uniendo rápidamente sus labios en un beso corto, él sonríe devolviéndole el beso, segundos más tarde se separan.
—¿Qué tal el entrenamiento de hoy? —le pregunta a mi amigo usando un tono animado.
—Muy divertido, le estaba enseñando a Maddie algunos movimientos básicos del juego, si sigue practicando podría llegar a ser una buena jugadora.
Angeline se percata de mi presencia y sonríe burlona.
—Veo que has traído a... —se queda un momento en silencio —¿cómo es que te llamas? —se dirige hacia mí, pero antes de poder decir algo Samuel es quien contesta.
—Madison, ese es su nombre, y ahora nos tenemos que ir, nos vemos luego, Angeline.
—Está bien, Sam —responde Angeline sonriente —nos vemos el viernes, pensé que nos acompañarías hoy a cenar pero ya veo que estás ocupado —me mira como si fuera un mosquito en un vaso de agua, lo que me hace sentir realmente incómoda.
Por fin llegamos a mi casa, no podía describir la alegría que sentía de estar allí. Luego de saludar a mi mamá subimos a la habitación y comenzamos a realizar la tarea para biología.
Sam está acostado en mi cama mirando hacia arriba, le leo lo que hemos investigado y Trucha salta sobre él acostándose en su pecho.
—¿Te parece bien? —pregunto al terminar de leer todo lo que llevamos escrito hasta ahora.
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¿Mad o Madison?
JugendliteraturPorque no importa equivocarse, es parte de crecer, lo realmente necesario es aprender a levantarnos y continuar cuando eso suceda. Charles Chaplin dijo "La vida es una obra de teatro que no permite ensayos; por eso canta, ríe, baila llora y vive int...